«MÁGICO»

03. Café

El día es bastante ajetreado, ya que apenas son las once de la mañana y Gulf no deja de teclear en su computadora, viendo números, cifras que de niño pensó que solo se inventaban pero ahora se da cuenta que son verdaderas. Está tan concentrado, que no deja pasar ningún número o podría desequilibrar la empresa si algo no concuerda al fin de mes.

Y no podía permitirse tal vergüenza, se ha esforzado tanto por tener un buen lugar a sus veintiséis años que no puede dejarlo ir y hacerse ver cómo un idiota. Por eso, la empresa textil ha sido su mayor parteaguas en su carrera.

Se ha esforzado y un error le podría hacer ver cómo un chico sin profesionalismo, porque ahora, lo único que le preocupa son esos números con más de cinco cifras, ya que hace un par de días, la invitación que le hizo al tipo mayor fue casi exitosa sino hubiera sido por el mal entendido que estaba a punto de ocurrir, porque Mew, pensó que se había enamorado de él.

¡Pfff!

Aunque todavía se pregunta cuál será la gran excusa para presentar a ese hombre arrogante frente a su familia.

No se imagina haciéndolo pero no quiere ir solo porque su madre le haría el mismo discurso; "hijo, ya tienes veintiséis, ¿Cuando piensas sentar cabeza? Me hago vieja y eres él mayor" Y eso, era lo último que quería escuchar, a su madre pidiendo hijos o una casa con perro incluido.

Ya que si lo pensaba bien, para lo imprudente que era Mew, ruega al cielo que no se le escape alguna estupidez, porque si sus padres supieran en donde le ha besado, y peor aun, sin un compromiso de por medio, en definitiva alguien iba a quedar desheredado de lo poco o mucho que tenían sus padres.

Pero justo ahora, mejor se concentra y mira una carpeta en su escritorio, levanta el brazo, y cuando está a punto de tomarla el teléfono suena. Así que chasqueando los labios presiona un botón porque más valía que fuera bueno o la chica iba a tener problemas.

-- ¿Sí? Estoy ocupado Thanya...

-- Lo siento señor pero... Le han traído de nuevo un regalo, y como me dijo que si ocurría lo mismo le avisara de inmediato, pensé que querría saberlo ahora...

-- Voy para allá.

Ambos colgaron, Gulf suspiró cansado pero se puso de pie y acomodó su traje color café. ¿Quién rayos era de nuevo? ¿Será él mismo idiota? Pensó al ir caminando a la puerta. Pero al salir, lo que miró en la mesa de su secretaria lo dejó algo sacado de sí.

-- Ahora si trae nota...

-- Ya veo...

Toma del estante la pequeña caja de madera con un buen sandwich dentro, un panqué de chocolate y un batido, todo mientras que en una esquina, un girasol le adorna y en la parte de abajo, trae una nota pegada.

-- Gracias Thanya. -- agradece a la chica.

Entra a su oficina, deja la caja en su escritorio y reniega. Toma la nota que tantas ansias le dan pero suspira molesto.

"¿No te gustaron mis girasoles? ¿O fue porque no hubo nota? Me dolió ver mi regalo en la basura, espero que esto puedas aceptarlo.
L♥️"

¿L?

Mordió su labio e hizo un gesto, también hizo bolita la nota, la tiró a la basura y hubiera preferido mil veces un buen café como a él le gustaba, pero el batido también le venía bien, así que volvió a sentarse en el escritorio mientras bebía de su batido de moras y le dió una buena mordida al panqué de chocolate.

En definitiva ese "L" "corazón", que aunque no sabía quién mierdas era y la verdad ni le interesaba, le había calmado el hambre.

Lástima que le había vuelto a dar otro girasol.