«MÁGICO»

10. ¿Sexo telefónico?

Tal vez estos últimos días han sido bastante ajetreados, han habido gráficas en hojas sobre el escritorio, platos de comida que pasaban de charola en charola, hojas firmadas, un restaurante nuevo, planeaciones, y muchas horas demasiadas ocupadas. Así habían sido los últimos cuatro días desde que Mew y Gulf no se habían vuelto a ver.

Ya que desde esos besos tan mojados que se dieron antes de verse aquel día, ninguno de los dos va a negar que entre horas desean probarlos aunque sean un poco. Un beso, uno pequeño.

Era como una necesidad que no dirían en voz alta.

Tanto, que todo se les estaba saliendo de las manos, podría ser que Leo fue el que causó la guerra, o tal vez fue él el que les abrió los ojos. Era un poco claro, ya que ese hombre que mandaba girasoles les había abierto los ojos y también el corazón.

Pero había un problema.

Porque aunque Mew podía evadir las vibraciones de su corazón, ignorar los latidos constantes, los pensamientos a todas horas y morder su lengua cuando quería decir algo "indebido", estaba bien, por ahora, aunque un día tendría que explotar.

Pero Gulf, Gulf era él más complejo. Él estaba dispuesto a pisar con zapatos grandes ese "ridículo amor" porque simplemente él no iba a terminar con Mew, no, Mew era un pasatiempo, un hombre que sirve como "amuleto atrayente" para el verdadero, único y "perfecto" amor.

Eso era Mew para él...

Un "amuleto de la suerte".

Aunque ahora está mordiéndose las uñas, sentado en su sofá, con la televisión encendida mientras un programa de concursos se oye medianamente, son las once de la noche, está en pijama y envuelto en una manta negra.

Un jueves sin nada que hacer pero es que no puede dormir, mañana viernes es la inauguración del restaurante de Mew y se siente algo ansioso, pero también podría ser por la gran taza de café negro cargado que se tomó hace unos minutos.

Suspira un poco, mejor se acuesta en el sillón, recarga su cabeza en el borde, sube sus piernas y ve su teléfono, las redes sociales son aburridas, nada nuevo porque al menos las personas que más le importan están bien, ve algunas story's de Mild mientras muestra una que otra cosa sobre los preparativos de su boda y sonríe.

Le gusta verlo así, animado y sin duda, ese tal Mark era un buen chico que se merecía a su hermano menor. O al menos más le valía ser bueno si no quería terminar con algo filoso en su garganta. O una lámpara rota sobre su espalda.

Pero sigue mirando las fotos y después de verlas, apaga el teléfono, lo coloca sobre su estómago, mira al techo, ve pasar tantas cosas que mejor toma su celular otra vez, entra a contactos, ve el número de Mew por varios segundos y niega.

"¡Estás loco!"

Se dice así mismo y cierra los ojos por tanto tiempo, que de un momento a otro su teléfono vibra. Abre sus párpados en un instante porque no estaba dormido y ve la pantalla de su teléfono encendido.

AmargadoSuppasit

Llamando 📞

Sonrió un poco, no dudó en contestar y dirigió el aparato a su oreja.