05. Pervertidos

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Gulf Kanawut era un chico lindo, de tés morena, cabello lacio y castaño, un poco alto pero agradable, lindos ojos avellana, defectos como cualquiera pero con una convicción tan grande, que no importara si es que hubiese nacido con un ojo al revés, su seguridad y caracter era tan hipnotizante que su atractivo era un lujo.

Porque también era un chico difícil.

¡Claro que lo era!

Ya que el echo de que se acostara con Mew no le quitaba su cotización, porque él no se acostaba con cualquiera, no salía con cualquiera y mucho menos, se conformaría con cualquiera.

Porque lo que Gulf espera del amor es magia, esa que te hace suspirar, que te hipnotiza con la mirada y sonríes.
Ese, con el cual se amanece por la mañana y te da los buenos días mientras te toma entre sus brazos y te da besos en la mejilla. Porque claro que eso quería, lo anhela aunque por ahora tenga una relación con tan poco compromiso que se siente muy cómodo.

Sin celos, sin te quieros y sin amor. Porque por ahora, lo único que puede ofrecer es su cuerpo, pero... No a cualquiera. Ya que Gulf, a diferencia de Mew que "no tiene tiempo para el amor", él lo evade porque sus espectativas son muy altas. Espera a alguien perfecto y lo que Gulf no sabe;

Es que nadie lo es...

Porque cuando conoció a Mew en esa boda que ni siquiera invitado era, ese hombre le había parecido divertido, pero no porque le hiciera reír, ni fuera gracioso, sino porque era tan descarado al igual que él que encajaban para pasar el rato.

"No quiero nada con nadie"

Le aclaró Mew detrás del escenario mientras se subía los pantalones.

"Yo tampoco"

Y ese fue el inicio para que su "relación" comenzara, para que se miraran cada que el otro podía y estaba bien, ha funcionado cinco meses y en el momento que uno encuentre el amor, o empiece a sentir cosas por el otro, todo termina. Fue el trato sin firmar.

Porque Gulf no quiere por el momento seguir tratando con hombres como Mew, prefiere que le hablen claro y sin jugar a Romeo y Julieta porque la verdad le cansa. Las promesas falsas, las caricias disfrazadas, y las palabras lindas las tira a la basura. Así que prefiere lo casual a las mentiras.

Ya que aun recuerda firme que tiene tres años soltero, con los cachos puestos y un par de cuernos tamaño alce que a veces se soba la cabeza.

Fue algo tan doloroso que aún se siente estúpido. Ya que sino hubiera sido por su hermano Mild, él no hubiera llegado a ese hotel armando un escándalo y estrellandole una lámpara a la espalda a Kao.

Se lo merecía.

Porque Gulf no era de juegos y mucho menos con su carácter. Pero aun cree en el amor, en las folladas lentas y en las cursilerías que casi no le gusta. Pero no con Mew, no con un hombre cómo él.

Porque los hombres como Mew, son para divertirse. Y no para pasar toda la vida juntos.

"Y jamás dejaría de pensar así..."

-- ¿Cachondo tan temprano? -- se burla Gulf mientras camina por la plaza y se dirigen a la farmacia que está casi a la salida.

Es la una de la tarde y a Mew se le ocurrió la idea de pasar por él para ir a "comer", era extraño pero pocas veces iba por él con ese pretexto. Pero a Gulf no le impresiona, hace tres días desde la última vez que se vieron y esa vez en el restaurante, quedó algo pendiente.

Se sentía en el ambiente.

Y aunque ahora no hay comida gourmet, al menos han llegado a Burger King y se compraron unas hamburguesas para comer después del "plato principal". Al entrar a la farmacia, la campana suena, ellos se dirigen al área de "adultos" y Gulf pasea sus ojos entre condones y lubricantes.

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