29. Pequeño llorón

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Había sido raro.

Increíble.

Pero raro...

Así se sentían aquellas dos personas que estaban sentadas en el suelo, recargando su espalda en la base de la cama, sin decir nada, pero diciendo todo a la vez entre el silencio.

Casi eran las cinco de la mañana, y ellos después de decir esas dos palabras que tenían tanto poder en sus corazones se quedaron sin habla, sin aliento. Jamás pensaron que algún día su boca y su cerebro pudiera sincronizarse pero lo hicieron, incluso hasta su corazón tuvo una participación tan grande que desconectó todo y salió a la luz. O más bien a la noche, a la luz de la luna que entraba por la ventana y se expresó, diciendo todo aquello que se calló tanto y ¡Casi explotó!

Haciendo que después de eso, ambos medio sonrieran, y al final se sentarán en el piso, quedándose sin palabras, con miedo de verse a los ojos y ¡Era tan idiota! ¡Porque ahora resultaba que ese par de desvergonzados tenía vergüenza!

¡Ja!

-- Creo que está fresco... -- dijo Mew después de unos minutos, Gulf le miró de reojo, aún estando vestido miró a su mayor en todavía ropa interior y asintió.

Le miró flexionar su cuerpo, tomar la sábana de la cama de un extremo y la jaló, envolviendose el cuerpo, después se acercó a él y le abrazó. Tapándose las piernas, lo envolvió con sus brazos desnudos y Gulf no protestó.

-- Me has echo mucha falta... -- menciona él pelinegro

Lo dice casi con la voz entre cortada y él castaño medio sonríe, se acomoda en su pecho, suspira discreto y pierde su mirada en el suelo.

-- Pensé qué... -- suspira un poco -- pensé que estarías molesto conmigo y que me echarías en cara todo.. que fue mi culpa... Que...

-- ¿Cómo podría hacerlo? -- le detiene -- me duele al igual que a ti, pero no diría nada que te lastimara Gulf, de ser así sería mi culpa porque te dejé solo... Yo debí cuidarlos...

Le voltea a ver, él castaño le mira atento, sin decir nada rosa su nariz con su barbilla y él otro suspira. Pegándole más a su cuerpo para que se sienta seguro y en parte para que no se vaya.

Dolía mucho. Cada que recordaban lo ocurrido dolía, y dolía tanto que aún hablar de eso les hacía sentir de la mierda.

-- Prométeme que no te irás -- casi súplica Mew -- no vuelvas a irte o llévame. Te seguiré, a dónde quieras pero no me dejes..

-- También te extrañé mucho... -- cierra los ojos

Sintiendo esos labios rosar, él mayor le besa, tomando su boca con libertad y también su cuerpo. Porque lo levanta, le hace sentarse sobre él, acaricia su mejilla regordeta y Gulf sonríe.

-- En verdad lo siento... Pero te juro que no quería volver... me sentía de la mierda.

-- Solo no te vayas otra vez...

Le abraza, pega su rostro en su pecho y suspiran, sintiendo eso que hace mucho deseaban y ahora lo tenían.

Sonido.

Un teléfono comenzó a vibrar, después a sonar pero ninguno se movió. Hasta que llegó a ser irritante para él castaño ante tanta insistencia.

-- Creo que te hablan.

-- ¿No es el tuyo? -- le ve Mew

-- No.

Mew asiente, niega tratando de decir que no importa y vuelve a abrazarlo. Pero la insistencia de aquella persona era retadora.

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