«MÁGICO»

02. Convénceme

Los pequeños rayos del sol entran por la gran ventana, escabulléndose entre las cortinas grises y pegando en un par de ojos cerrados, él hombre en la cama de treinta años se tapa el rostro con la sabana pero aun así abre los ojos de manera irritada, pensando en las mil y dos cosas que tiene que hacer porque abrir otra nueva franquicia en su nombre, no era un trabajo fácil y mucho menos relajado, pero así lo desea desde que abrió su primer restaurante, siempre cuidando de todo, de cada plato, de cada cubierto y hasta de las servilletas.

Porque si bien le ha costado ganar su buena fama, quiere extenderla porque simplemente él tenía que ser él mejor, él "perfecto" como siempre ha querido ser.

Y cómo se lo prometió a su madre.

Así que sin más, sale de las sábanas, se dirige al baño algo dormido todavía pero su restaurante no iba a nadar solo. Aunque aun piensa en el incidente con Gulf el día de ayer, ¿Él mandándole flores? Ni que se hubiera muerto como para hacer esas cosas tan ridículas.

Borra la sonrisa burlona de su cara, se mira en el espejo de su baño y observa su pecho desnudo, tonificado, pero notando una pequeña marca debajo de su pecho que claramente dice "Gulf", porque si bien no está plasmado su nombre como tal, es de los lugares favoritos de ese chico para marcar.

-- Ya me la pagarás.

Sonríe al tocarla, y niega mientras se dirige a la regadera para meterse en ella y poder despertar completamente.

"¿Yo mandándole flores a Gulf?. Esa fue una buena broma."

💫💫💫

Gulfkana.
¿Libre esta noche?
11:15Am.

Lee Mew el mensaje de ese hombre desde sus notificaciones, levanta la vista, mira a su alrededor verificando a los meseros, la comida que viene y va, los comensales riendo y otros pagando la cuenta. Todo marchando de maravilla porque así debía de ser mientras él está yendo de un lado a otro con un micrófono enredado en su oído, con su traje azul fuerte presentable y una sonrisa que a veces finge cuando sus días no son tan buenos.

Llegaré a las 12 de la noche.
No te duermas precioso.
11:15Am.

Presionó enviar, pero luego su atención fue dirigida hacía el sonido de la puerta abriendo y después hacía la persona que entraba por la elegante puerta. Sonrió amablemente aunque sus pasos resuenan entre las mesas para así poder alcanzar a su persona favorita.

-- Fiat... -- le abrazó -- ¿Qué haces aquí?

-- ¿No puedo visitar a mi hermano favorito?

-- ¿Será porque soy el único?

-- Jum... -- se queja él menor y le mira -- mejor invítame algo de comer que tengo que volver a la universidad.

-- ¿Por qué te escapas? -- remienda -- no pago tu estadía ahí para que no la aproveches.

-- También prometiste visitarme...

-- Lo sé... -- suspiró -- pero salgo demasiado tarde y dudo que a media noche me dejen entrar -- sonríe -- pero ven, pediré que te hagan tu comida favorita.

-- Eso suena mejor P'Mew.

Así que con una sonrisa, una mesa exclusiva para su hermano y él, era el lugar indicado para almorzar con una de sus pocas razones para no rendirse, pasando un lindo momento con su pequeño favorito porque es lo único que le queda.

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Gulf, mira el reloj en la pared. Son las doce diez de la noche y el sueño está empezando a tocar la puerta en vez de Mew la de su apartamento. Pero se ha amoldado a su horario, y es que para lo bien que lo hace, según Gulf, no le molesta esperar una que otra hora si es que al llegar, le hace volar entre el fuego.