«MÁGICO»

15. Se enamoró

Autos pasan, otros les arrebasan y Gulf muerde sus labios, mira a través de la ventana del auto pero no logra ver claro porque además de que está polarizada, siente que el mundo se le ha puesto en contra.

O se estaba burlando, era igual.

Voltea lentamente, ve a Mew manejando con habilidad y no lo puede creer, ¿En donde habían quedado sus palabras de "ni se te ocurra salirme con un chistesito"? ¿Ahora quería ser padre? ¿O solo lo hacía porque tal vez era su única oportunidad de ser papá? ¿La edad le estaba afectando? ¿Tan viejo se sentía? ¿O se había golpeado la cabeza el día de ayer con el sillón?

Esas preguntas tenían miles de respuestas pero no sabía con exactitud cuáles eran.

Aunque de una cosa estaba seguro, tal parecía que Mew había cambiado su actitud con él desde el día de ayer "según él", o tal vez apenas lo había notado, ya que en cuanto salieron de ese consultorio Mew le invitó a desayunar.

Le ayudó a subir al auto y volvió a besar su mejilla.

Sin duda daba miedo a la vista de Gulf.

Porque en si, ese tipo mayor no debería de sentirse atado ni mucho menos con la obligación de tratarlo bien. Él seguía siendo Gulf, él chico que se cogió en aquélla boda y que lo venía haciendo desde hace ya seis meses.

El tiempo pasaba tan rápido.

Pero esa no era ninguna excusa para ser tratado como muñeco de cristal. Eso lo hacía sentir peor, como si le tuviera lastima o fuera un adolescente que sus padres le obligan a "cumplir", así sentía a Mew.

-- ¿Qué quieres desayunar? -- escucha esa pregunta y voltea poco a poco.

Mew sigue con la vista al frente mientras maneja.

-- Me da igual... -- responde sincero -- de echo no tengo hambre. ¿Me llevas a casa?

Le preguntó casi a súplica pero en cuanto el auto se detuvo en la fila del semáforo, él pelinegro le volteo a ver.

-- Creo que deberías comer algo, ahora no es bueno que te mal pases.

-- Entonces solo conduce y cierra la boca.

Dice algo irritado y señala con su dedo a los autos que empiezan a avanzar, se recarga en el asiento, ve el paisaje pasar a toda prisa y suspira mientras lleva una mano a su estómago.

Aún no lo podía creer, tenía tantas preguntas, tantas dudas y ni siquiera él podía contestar alguna. Ya que además, tenía a un hombre "obligado" a su lado que le tenía lastima. Porque eso era ¿no?, Y todo porque él sentía algo mucho más fuerte. Más puro, más Mágico.

Claro que Gulf había roto el trato y apenas empezaba a darse cuenta. Pero lo que no sabía y en verdad era una lastima, es que no supiera que él hombre a su lado le seguía en el camino.

Al llegar al restaurante que un par de veces ha pisado, ambos bajan para adentrarse hasta tan elegante lugar. Mew le hace sentarse en su mesa "especial", se sienta frente a él y Sammy llega rápidamente para atenderlos.

-- ¡Que gusto verlo! -- dice algo emocionada -- ¿Qué van a pedir?

Les mira sonriendo pero al ver la cara pálida de Gulf, baja la intensidad de su sonrisa un poco.

-- Lo que hayan echo de desayuno y un café. -- dice sin más.

-- Lo mismo -- medio sonríe Mew -- y el café de él descafeinado.

La chica asiente sonríendo, da media vuelta y cuando esta desparece, él castaño le mira horrible.

-- Le hace daño al bebé. -- afirma Mew.