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-¡Maldición!- frustrado, impotente.  había días en que Taehyung odiaba su trabajo. Imaginar entrar en aquella mansión le era agobiante. trabajar para los señores Min era molesto; es de esperarse... son muy exigentes... farsante.

Pero en esta situación, su mente inundada el rostro de Jimin. El pobre aun no despertaba qué cosa tan curiosa. Taehyung no era tonto aun tenia la esperanza poca... pero la tenía. Llegó el lunes, la señora Min lo había llamado requiriendo su pronta presencia en la mansión. No quería apartarse de Jimin, de todos modos él tiene que cumplir sus obligaciones. decidido estaba. Apretó los puños observando por última vez el rostro pacífico de Jimin mientras dormía antes de cerrar la puerta. 

Desde lo ocurrido Tae no había puesto un pie en la mansión, el hecho de hacerlo ahora significaba un peso más en sus hombros. Trabajar con Yoongi nunca fue fácil y menos ahora que su rostro le recordaría todo lo que le pasó a su mejor amigo.

Que extraño... Taehyung no entró por los laterales ni las puertas traseras; oh no, entró por la puerta principal. sabía que en vez del rol de mayordomo tendría que hacerse cargo de los desastres formados en la mansión.

-¡T-Taehyung! Al fin llegaste... -  al caerse de rodillas por la desesperación. Temblorosa, agitada, nerviosa el maquillaje se derramaba por el llanto... se veía tan penosa que daba hasta placer verla así. De vez en cuando es... "normal" ver estos conflictos en la perfecta familia Min - t-tienes que ayudarnos. Eres lo único que nos queda... Jin... Jin quiere matarlo, él quiere...

-Shh... - Taehyung tenía el dedo sobre labios. Aquellos ojos que ella consideraba los más gentiles en la mansión; ahora la miraban con desprecio y repugnancia. Él se inclinó hasta quedar a su altura- ¿Stella, no te había enseñado como las damas deben de comportarse?- la mujer estaba aterrorizada. Que tonta... ella pensaba en "esperanza" pero obtuvo una sensación violenta por parte del muchacho .- Te lo advertí tantas veces pero dejaste que el dinero tapara tus oídos. ¿Creíste que nadie sabía? - rie - la rata miserable aquí eres tú - gimió alterada con la cercanía de él- Solo tenías que ser hipócrita y gastar dinero, no era nada difícil.

- Taehyung yo...

-Shh... - acaricia su mejilla- oh Stella, tu piel se ve delicada y tan bien cuidada a comparación de aquellos años ¿No crees? tú pelo ahora es sedoso y suave - tomó un largo mechón de cabello y se deleitó con el olor artificial que este poseía.- Es triste, pero si yo te lo di yo te lo puedo quitar ¿verdad?- sonrió contento con intenciones en ellas tatuado con maldad. La mujer intentó escapar de su tacto él la sostuvo fuertemente del cabello haciéndola chillar por el dolor- inútil, peyorativa un fracaso de mujer.

Taehyung comenzó a arrastrar a la mujer por el limpio suelo de mármol- No, t-Taehyung. No por favor ¡por favor!- gritaba mientras pataleaba y lloraba.

- Querida tu teatro no tiene elegancia, recuerda que eres una dama. ¿antes muerta que sencilla no? - las carcajadas resonaron en todo el salón volviendo arrastrar a la miserable. En medio del caos la mujer divisó en su campo de visión a su querido sobrino el cual estaba sentado en las escaleras en forma de caracol- ¡J-Jungkook! Jungkookie... ayud... ¡ayudame! ¡Por favor ayudame! - ante los gritos de la mujer Jungkook se puso de pie para mirarla más de cerca y captar bien en su memoria lo miserable que se veía. En efecto, todo lo contrario a lo que ella esperaba que él hiciera.

-Fuiste una gran estúpida tía. Enfadaste a las personas equivocadas- Jungkook le sonrió con "inocencia" cosa que no le augura nada bueno- Incluyéndome a mí- en el silencioso recibidor sonó esa estrepitosa cachetada que hizo gemir de dolor a la aturdida mujer.- No debiste tocar a Yoongi Hyung- los ojos del menor estaban inyectados en furia cuando le restregó violentamente un papel en la cara-¿Reconoces esto? ¡Dime si la reconoces!.

-¡Yo!... ah...

-Es por tu maldita culpa que hyung este en el sótano. ¡Querías alterarlo otra vez antes de tomar sus pastillas para así justificarle a Jin hyung él porqué debería de llevarlo al puto psiquiátrico de nuevo! ¡Es tu hijo joder! ¿Cómo puedes hacer eso?.

La mujer estaba aterrada, ella nunca pensó en que sería descubierta, pero tal parece que el dinero la había cegado totalmente ante el nido de víboras que aparentemente siempre estuvo bajo su mismo techo vigilandola.

Cuando Jin y Namjoon salieron del despacho la mujer intentó como loca zafarse del agarre de Taehyung en sus cabellos pero obviamente no pudo.

Jin le daba mucho más miedo que cualquiera. Aquellos ojos negros y esa expresión en su rostro la hizo palidecer, más aún cuando observó como Jin se estaba colocando sus guantes de cuero negro.

Jin agarró sin mucha delicadeza su mentón obligándola a que lo vea a los ojos- Mi querida hermana menor, te dediqué tantos años en educación y al parecer no supiste ni entender el lenguaje humano.

-J, Jin... - 

-Lo único bueno que has sido capaz de hacer fue parir. Quiere visitar a mamá.

-¡No!...

- no te hice una pregunta...- la presión en la mandíbula la hizo gemir- oh Stella, esta bien-le sonríe con pena. La mujer curva sus labio asintiendo. De pronto se escucha unas risas burlona- tantos años de manipulación. Si me estabas suplicando Stella-  y unas carcajadas estrepitosa burlona de su supuesta salvación. Que mujer tan lamentable, vivía en con cuervos mientras era el gusano. La torturaban psicológicamente e imaginar ese lugar, ¡no! ella prefería cualquier cosa menos eso. Ella no quería ir aquel lugar desértico a dormir en donde apenas hay espacio para ella, con aquella caja con las cenizas de su madre. 

Aquella "casa" olía a moho y humedad; el golpeteo de los animales al rasgar la vieja madera y ese reloj que sólo hacía tic tac. Los insectos que habitaban dentro de la casa le impedían dormir y la volvían paranoica. Iba terminar con demencia.

-p-por favor Jin. Por favor no me envíes allí...- con dificultad se puso de rodillas y se abrazó a sus piernas.- A-además... ¿Que va a pasar con Jaewoong?

-¿Oh, tu inservible esposo? No te preocupes, a él también le preparé su estadía.

-que... ¿Qué le hiciste Jin?

-Ya te dije, le preparé su estadía... pero en el infierno- Jin la soltó como si le repugnaba y con una gran sonrisa se paró derecho viéndose aún más imponente a los ojos de su hermana- Siempre te jactaste de gritar por todas partes que Yoongi estaba loco, que te sentías en el infierno; sabes... siempre viviste allí, ahora quiero ver que te llegará primero: la locura o la muerte- con una señal Tae se llevó a rastras a la mujer mientras ella gritaba por auxilio para al final terminar maldiciendolos. 

















Mientras tanto Park Jimin era movilizado en una ambulancia hacia rumbo desconocido.

Si supieras lo que siento [YOONMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora