CAPITULO 4

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CAPITULO CORREGIDO

En mi primer día de clases Matt me despertó, cuando encendió la luz de la habitación porque no encontraba su otro zapato, así que me tuve que levantar con toda la flojera del mundo a ayudarlo a buscar el maldito zapato, el cual se encontraba debajo de una montaña de ropa sucia la cual pertenecía a Augusts. Si, era el segundo día y ya había ropa sucia.

-¿Cuál es tu primera clase?- Me preguntó Augusts mientras caminábamos hacia el comedor para poder desayunar y luego dirigirnos a nuestras respectivas clases.

-Física –Miré el papel que traía entre la manos -¿Tú?

-Calculo –Asentí. Mi hermano siempre había sido muy bueno para las matemáticas, dudaba que su futuro no se base en ello –Debes acomodarte el uniforme, antes que la directora te vea.

Con un gesto la señalo, su vista estaba posada en mí, o mejor dicho mi ropa.

-Veo que tiene algunos inconvenientes con el uniforme –Su voz sonó de reproche. Y no le culpaba, el uniforme consistía en una pollera a cuadros azul y violeta con una camisa blanca y una corbata del mismo cuadrille de la pollera –Por favor acomódeselo.

Asentí y con resignación, bajé la pollera para que estuviera los cinco centímetros bajo la rodilla y acomode las mangas que llevaba sobre el codo. Hacía calor y el tener que usar mangas largas era incómodo.

-Excelente –Asintió la mujer. Sin embargo, su vista se dirigió a mis pies -¿No tendrá por esas casualidades... algún calzado más bajo?

-Tendré que fijarme –Contesté. Llevaba un par de botas con apenas un taco saliente, al cual no le veía nada de alto.

-Espero que encuentre –Sonrió fríamente y saludó a mi hermano con leve movimiento de cabeza.

Se alejó y suspiré. Volví a subir la pollera y a bajar los puños de la camisa.

-¿Acaso no la has escuchado? –Preguntó incrédulo Augusts.

-Si –Me encogí de hombros –Pero hace calor y mientras no me vea todo estará bien.

-Como quieras, pero no te metas en problemas por una estúpida pollera.

Rodé lo ojos y continuamos caminando hacia el comedor, el cual se encontraba lleno. Busqué una manzana y tomé un bol de cereales con leche. La verdad era que el día anterior me había quedado hambrienta con solo una hamburguesa.

-Llegaron los hermanitos –Anunció Chase.

-Sip –Contestó un orgulloso Augusts –La alegría de la mesa, ya está acá.

Reí y negué, sentándome a su lado, le di un mordisco a mi manzana y miré a Matt quien parecía muy concentrado en revolver sus cereales.

-Buenos día alumnos yo soy la señorita Gregolhy, yo seré su profesora de Física este año y quiero que sepan algunas reglas que se van a tener en cuenta para aprobar la materia...- La señorita de unos cincuenta años de edad, empezó a nombrar cada regla que según ella servían para aprobar el año -Así que todos se verán obligados a cumplir esas reglas.

La clase de Física avanzo tan lenta como lo esperaba, al igual que la de historia, matemáticas y química, a excepción de francés que logró motivarme a aprender unas cuantas palabras en tal idioma y biología que trató sobre el cuerpo humano y las funciones de cada musculo.

Por ser el primer día de clase lo profesores se habían limitado a darnos unos cuantos cuadernillos que sacar y varias hojas para hacer de tarea.

-¿Qué tal tu día? –Mi hermano se acercaba con Pamela tomada de la mano. La chica a pesar de no darme razones me caía mal y con cada palabra que pronunciaba su boca me obligaba a no poner los ojos en blanco.

Ya no soy la MISMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora