🌊 Epílogo

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[Año 851]

[Shiganshina, Muro María]

Los caballos fueron pasados al otro lado del Muro María, y luego la Legión bajó. Todos subieron a sus caballos y comenzaron a avanzar, con Hange a la cabeza como Comandante de la Legión de Reconocimiento. Era su primera exploración fuera de los muros desde hace seis años, desde el ataque de los guerreros a los muros...desde la aparición de Tn Hertz, la líder, Reiner Braun, el Titán Acorazado, Bertholdt Hoover, el Titán Colosal, y Annie Leonhart, la Titán Femenina.

– Tenías razón, Hange –dijo Levi. observando la zona.– La mayoría de titanes estaban dentro de la Muralla María. Parece que prácticamente los aniquilamos a todos en un año.

– En ese caso, nos dirigiremos al objetivo que marcamos.


El trío EMA iba tras aquellos dos. Armin levantó la cabeza al ver las sombras de unas aves, viendo a un grupo de aquellas volar libremente en el azulado cielo; sonrió.


Una bengala roja fue disparada.

– Un titán –advirtió Jean.

– Por fin se muestran –dijo Connie.– ¡Cuidado!

Ambos se detuvieron, cerca de Sasha.

– Miren –señaló ella.


Unos miembros de la Legión se había detenido junto a aquel titán. Este tenía sus extremidades pequeñas, no le permitían levantarse, y tenía detrás un rastro de arrastre.


– ¿No puede moverse?

– ¿Se arrastró poco a poco hacia la muralla con ese cuerpo?

Eren bajó del caballo, se acercó al titán y le tocó la frente con una mano.

– ¡Oye! –llamó Floch.

– Es uno de nuestros compañeros a los que enviaron al "paraíso".

Todos exclamaron sorpresa.

– ...Vamos. Está cerca.

El castaño subió a su caballo y comenzó a avanzar. Armin y Mikasa lo siguieron, y los demás detrás.

– ¡Oye! ¡¿Lo vamos a dejar aquí?! ¡¿No lo matamos?! –gritó.– Maldita sea.

Floch subió a su caballo y siguió a la Legión.


Tras varios minutos de avanzar, llegaron al muro que los separaba del océano, aquel donde Marley transformaba a los eldianos en titanes enviándolos al "paraíso".

– No hay duda –dijo Eren.– Aquí es donde transformaban a los eldianos en titanes. Y más allá...

Armin lo miró con algo de sorpresa y volvió la vista hacia adelante.

La Legión rodeó aquella muralla del muelle, subiendo por una colina, con Hange a la cabeza. Armin abrió los ojos y boca con sorpresa cuando el sol lo iluminó. Y, finalmente, se detuvieron finalmente, viendo aquella enorme masa de agua azulada, parecida a un lago gigante, tanto que se perdía en el horizonte. Todos abrieron los ojos con sorpresa, impresionados ante los que sus ojos contemplaban.


La Legión bajó de aquella colina, acercándose a la costa, y ataron los caballos a los árboles cerca. La mayoría se quitó las botas y se acercó al agua, para ver mejor y sentirla en sus pies, como niños que veían agua por primera vez. Por fin, la humanidad de las murallas había llegado al preciado y casi mítico océano.

Connie se agachó y lanzó algo de agua a Sasha, quien gritó cubriendo sus ojos; se carcajeó. Jean tomó un poco el agua y la probó.

– ¡Es salada! –gritó.

Hange tocó el agua y gritó emocionada, con una amplia sonrisa.

– ¡¿De verdad todo esto es agua salada?! Oh. Hay algo ahí.

– Oye, Hange. No lo toques, podría ser venenoso –regañó Levi.

Aquel se encontraba en la arena, cauteloso ante esa extraña masa de agua salada.

Armin observó el océano frente a sus azulados ojos.

<<Flashback>>
Tn esbozó una pequeña sonrisa, tenía los ojos cristalizados y las mejillas levemente sonrojadas. Y acarició una de las mejillas de Armin.

– No me queda tiempo, debo irme. Sólo recuerda que, a pesar de todo el mal que le hice a la gente de las murallas y todas las mentiras que dije, mis sentimientos hacia ti siempre fueron reales –esbozó una pequeña sonrisa.– Te amo, mi chico de ojos oceánicos.

Ella tomó su rostro con ambas manos y lo besó.
<<Fin Flashback>>

«"Ojos oceánicos"...Ahora sé a qué te referías, Tn...Ahora sé qué era aquello que veías cuando mirabas mis ojos...», pensó melancólico.

Tomó aire. Se agachó, tomó una caracola entre sus manos, dejando que el agua se escurra de ellas, y la observó con sus azulados ojos brillando y abiertos como platos; giró la cabeza, mirando a la pelinegra. Mikasa se sobresaltó ante una pequeña ola que se le acercó, lo miró, y sonrió con un pequeño sonrojo. Él sonrió, con sus mejillas sonrojadas también; volvió la vista hacia adelante, mirando a su amigo.

– Tenías razón, Eren. Existe un enorme lago de agua salada que no se puede vaciar por completo –sus ojos se cristalizaron.– No me equivocaba.

– Es enorme.

Armin asintió, mirando con sus mejillas sonrojadas la caracola en sus manos; volvió la vista al castaño.

– ¡Mira esto, Eren! Al otro lado de las murallas... –dio un paso.

– Está el mar –interrumpió.

Él y Mikasa lo miraron con algo de sorpresa ante su falta de entusiasmo.

– Y más allá del mar está la libertad –dijo Eren, quien observaba hacia el horizonte.– Toda mi vida creí que era cierto. Pero no es así. Más allá del mar lo que hay son enemigos –giró un poco, mirándolos.– Todo es como lo vi en los recuerdos de mi papá.

Ambos lo miraron con sorpresa, en silencio, igual que Hange; Levi permanecía serio. Eren volvió la vista al océano.

– Díganme –señaló al horizonte.– Si matamos a todos los enemigos del otro lado, ¿Podremos ser libres?

Armin bajó un poco los brazos, sin soltar la caracola en sus manos.

«"Enemigos al otro lado del océano"...Tn...», pensó.




(To be continued

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(To be continued...)

Ocean Eyes 🌊 Armin ArlertDonde viven las historias. Descúbrelo ahora