🌊 26. Sol de medianoche

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Eren caminó por aquel tejado, arrastrando a Bertholdt, mientras recordaba las últimas palabras de Armin.

– Maldición. Siempre lo supe –murmuró.

<<Flashback>>
Eren se asomó por aquella pared, viendo a Armin llorar mientras aquellos tres que siempre lo molestaba se alejaban riendo.

– Oye, ¿Por qué nunca te defiendes?

El pequeño rubio levantó la cabeza, mirándolo.

– Te siguen acosando porque no te defiendes. ¿Estás realmente bien con perder todo el tiempo?

Armin miró hacia un lado.

– No perdí.

– ¿Ahh?

– Porque no corrí –dijo encogiéndose de hombros.

Eren lo observó unos segundos y se acercó un poco.

– ¿Cuál es tu nombre?

El rubio lo miró.
<<Fin Flashback>>

Eren se arrodilló junto al carbonizado cuerpo de su amigo.

– Siempre supe que eras el más valiente –murmuró.– Fuera de cualquiera de nosotros –volteó la mirada.– Sabía que no podía terminar de otra manera –bajó la cabeza.– Pero no teníamos más remedio que contar contigo –sus ojos se cristalizaron.– Armin... ¿Por qué fuiste tan terco que nunca huias?

Al oír ruidos tras él, giró, abriendo los ojos con sorpresa al ver, sobre un tejado, a un titán cuadrúpedo, con un hombre rubio y sin brazos sobre él, y tras aquel de barba a Tn.

– ¿Un titán? Y... ¿Tn?


El Titán Carguero comenzó a saltar por los tejados hacia aquel.


– Mierda –gruñó Eren, frunciendo el ceño.

Tomó a Bertholdt, sujetándolo por detrás, y le colocó la cuchilla en el cuello. El titán se detuvo delante de él.

– Ni un paso más, de lo contrario... ¡Le cortaré la garganta! ¡No lo tendrán!

«¿Qué? Tiene las marcas de transformación alrededor de los ojos. ¡Él seguramente es el Bestia!», pensó, viendo a aquel rubio.

– Debes ser tú, Eren Jaeger, supongo –dijo Zeke.

El castaño gruñó, apretando los dientes, y cortó un poco el cuello de Bertholdt.

– ¡Lástima, me quedo con Bertholdt al menos!

Tn miró a aquel cuerpo carbonizado y abrió los ojos con sorpresa.

«Por favor, que no sea...», pensó.

– ¡Sí, es Armin! –gritó el castaño.– ¡¿Estás feliz, asesina?! ¡Tú y tus compañeros asesinos lo provocaron!

La castaña lo miró unos segundos, sintiendo su corazón romperse en pedazos y un nudo formarse en su garganta; tomó aire y suavizó su mirada, tratando de mantener la calma.

– ...Lo lamento por Armin. Pero así fueron las cosas.

– ¡¿Ahh?! –exclamó molesto e indignado.

– No te pareces a tu padre en lo absoluto –dijo Zeke.

Eren abrió los ojos con sorpresa.

– ¿Qué? –levantó una ceja.

– Tienes que confiar en mí, estoy de tu lado.

Tn abrió los ojos con sorpresa y miró al mayor.

Ocean Eyes 🌊 Armin ArlertDonde viven las historias. Descúbrelo ahora