🌊 7. Eren

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– Gracias a dios que juramos no decir nada –murmuró Jean tras beber agua.– Aún si eso, todo es un desastre.

«Lo siento, Armin...», pensó Tn, mientras dibujaba.

Reiner y Annie estaban recargados contra una pared, mientras Bertholdt estaba sentado en las pequeñas escaleras de aquel lugar de suministros.

El disparo de un cañón se escuchó, sobresaltando a todos.

– ¿Un disparo de cañón? ¿Por qué sólo uno?

– ¡Miren, humo!

– ¡Fue dentro del muro!

– ¡¿Qué es eso?!

Todos comenzaron a murmurar, teorizando aterrados qué era lo que podría haber sucedido.

«Armin...No, no pueden haber matado a Eren. Lo necesitamos...», pensó la castaña.

Frunció el ceño, miró a sus compañeros guerreros e hizo una seña con la cabeza; giró de nuevo hacia adelante y usó su equipo de maniobras para saltar sobre los tejados. Reiner frunció el ceño y usó su equipo de maniobras también, siguiendo a aquella joven.

– ¡Tn! ¡Reiner!

Annie y Bertholdt los siguieron también, rápidamente.

– ¡Oigan!

Jean frunció el ceño y los siguió.

[Cerca del muro]

Los soldados exclamaron sorpresa al ver un poco del incompleto titán que sobresalía entre el humo. Todos se aterraron aún más.

– No puede ser...

Armin y Mikasa estaban igual de sorprendidos, pero habían sido salvados.


Sobre un tejado, Tn, Annie, Reiner, Bertholdt y Jean observaban todo con sorpresa también.

«Eren...Lo tenemos, Jefe de Guerra...Fundador. Sea cual sea la razón de por qué Eren es el poseedor, lo tenemos...», pensó Tn.

– ¿Qué sucede allá abajo? –cuestionó el rubio.


Armin levantó la cabeza, observando el titán.

– ¿Está vivo? –preguntó uno de los soldados.

– ¡Comandante Weilman!

El hombre se sobresaltó al ver que el titán se movió un poco.

– ¡Vean eso! ¡Retrocedan! ¡Es muy peligroso! ¡Permanezcan alerta! ¡Retrocedan! ¡Carguen los cañones otra vez!

Eren despertó y comenzó a moverse, para salir del titán; luchó un poco para despegarse y miró lo que había creado.

– Recuerdo haber oído un disparo de cañón –murmuró Armin, aún aterrado.– Primero fue un horrible sonido, luego el impacto y por último este calor...Estamos dentro de un esqueleto gigan-

– Eren nos protegió –interrumpió Mikasa.– Es todo lo que necesitamos saber por ahora.

El rubio sonrió, pero seguía nervioso; bajó un poco la mirada, sorprendiéndose al ver unas flores violetas.

«¿Incluso protegió a esas flores?», pensó.

– ¿Están bien? –preguntó Eren, corriendo hacia ellos.

– Eren, ¿Qué es esto?

– No lo sé. Pero se está evaporando. Es como una carcasa de un titán Debemos irnos –dio unos pasos hacia donde estaban los aterrados soldados.– Por el momento sólo nos están observando, esperando a ver qué sigue. En estos momentos, la Guarnición no puede vernos.

Ocean Eyes 🌊 Armin ArlertDonde viven las historias. Descúbrelo ahora