Mi Amor y Dolor

8. El plan

Capítulo 8

Ian.

Luego de dejar a todos en sus casas, llego a mi apartamento. Entro a mi habitación y me acuesto después de desvestirme. Por suerte, mi novia, Sam, ya está dormida, así que no tengo que responder a sus múltiples preguntas.

Sam no es una chica mala, cualquier hombre quisiera tenerla a su lado, cualquiera menos yo.

Cambiando el tema, no sé si besar a Hazel fue un error, pero si es así, puedo asegurar que ha sido el error más bonito.

Hazel es muy hermosa, divertida y dulce. He tenido ganas de besarla desde aquel día que fuimos al lago, y por fin, hoy pude hacerlo. Admito que quizás aproveché la ocasión, ella estaba vulnerable por la película y yo quería consolarla.

También quise besarla para ver si así lograba sacarla de mi mente, pero creo que ha sido peor. Desde que salí del puto cine no he dejado de pensar en ese beso, un simple beso, sin lengua ni nada.

Le dije en pocas palabras que olvidemos ese beso porque yo no puedo enamorarme de Hazel, eso sería peor. Y Hazel tampoco puede enamorarse de mí, yo estoy obligado a pasar mis días con Sam, aunque detesto admitirlo.

Cuando estoy con Hazel me gusta pensar que hay una solución para librarme de Sam, pero cuando estoy solo vuelvo a la realidad y me doy cuenta que no hay soluciones.

La verdad a mí no me importa si el padre de Sam me hace daño si yo rompo el corazón de Sam, pero conozco a ese hombre, se que él primero le hará daño a mi familia, y no puedo permitir eso.

Y por supuesto, también me mataría a mí, ya me lo advirtió.

Admite que tú no quieres morirte solo porque conociste a Hazel y no quieres dejar de verla.

Claro que no.

Antes de conocer a Hazel estabas decidido a dejar a Sam y asumir las consecuencias ¿Por qué cambiaste de opinión al conocerla?

Cállate, es mejor olvidar cualquier pensamiento sobre Hazel y hacer como si no pasó nada.

¿Cómo hiciste con la rubia Chiara?

Sshhh.

****

—Buenos días— saludo a Sam cuando la veo entrar a la cocina en pijama.

—Buen día mi cielo— se acerca y me da un corto beso.

¿Nada como el beso de Hazel verdad?

Joder, había logrado no pensar en ese beso por varios minutos.

Sam y yo nos sentamos en los bancos de la encimera y empezamos a desayunar.

—Hoy no tengo que trabajar, estaba pensando que podíamos hacer algo juntos— propone Sam.

—Yo tampoco tengo que trabajar, y no iré a la universidad— dije y le doy un mordisco a mi sándwich.

—¿Y si vamos a visitar a Cassie y Kevin?

Cassie y Kevin son mis mejores amigos, ambos se casaron hace tiempo y ahora tienen una pequeña hija, es nuestra ahijada.

—Sí, tenemos tiempo que no vemos a Nicole.

—Mi niña debe estar muy grande.

****

—Cassandra— saludo a mi amiga justo cuando ella abre la puerta de su apartamento y nos deja entrar.

—Por amor a Dios, Ian, te he dicho de mil maneras que no me gusta que me digan así.