Mi Amor y Dolor

26. Muy tarde

Capítulo final.

Estoy sentada en mi cama, en posición de indio, mientras miro por mi ventana la calle vacía.

Hoy se va Ian.

Hace 5 minutos mis hermanas y Jonh se fueron a despedirlo en el aeropuerto. Obviamente, yo no tuve las fuerzas para ir.

Alguien abre la puerta de mi cuarto y no debo girarme para darme cuenta de que es mi madre.

—Cariño— me llama y decido ignorarla—. Hazel, se lo que estás haciendo.

De nuevo me quedo callada sin despegar la vista de la ventana.

—Siempre haces esto, cuando estás triste sueles ignorar a las personas y... y no hablar de lo que te pasa.

Sin decir nada, le saco el dedo corazón.

Okey, eso me sorprendió hasta a mí.

—Hazel Elizabeth Smith Han... ¿Qué te sucede? Debes decirme y tal vez... podemos hablar. No quiero que suceda igual que hace un año, cuándo murió Mateo.

>>Durante ese tiempo estabas mal, no querías hablar con nadie, eras grosera y... no soportaré verte así una vez más.

Escucho sus pasos caminando hacia mí y se sienta a mi lado, dejando una mano sobre mi hombro.

>>¿Qué te pasa, mi amor? Habla, por favor, habla conmigo.

—Estoy bien, mamá.

—No lo estás. Soy tu mamá Hazel, te conozco, sé que estás mintiendo.

—¿Ya volvieron Gemma, Chloe y Jonh?

—No mi amor. ¿A dónde fueron?

—A despedir a Ian.

—¿Ian?

—Sí, mamá.

—Y por eso estás así.

—Él necesita irse.

—Y tú no quieres que se vaya.

—Yo solo estoy cansada de perder a las personas que quiero— me giro y la veo directamente—. ¿Esto va a pasar siempre? Cuando alguien llegue a mi vida, yo empiece a quererlo... ¿Va a irse?

—No cariño, las cosas no funcionan así.

—En tu vida no, nunca has perdido a nadie que quieres.

—Perdí a mis papás, Hazel.

—Me refiero amorosamente.

—Pues no, nunca perdí a nadie. Pero fue difícil ver a tu padre enamorado de tu tía Johana.

—Pensé que no sabías de eso.

—Sé muchas cosas, mi niña. Por ejemplo, se que Ian tenía una novia, que estaba obligado a estar con ella por las amenazas de su suegro y que nunca te lo dijo.

>>También sé que Ian logró separarse de ella, que ya no están juntos y... lo más importante, que él te quiere a ti.

Abro los ojos como platos y miro a mi madre sin poder creer ni una palabra de lo que me dice.

—¿Qué...? ¿Cómo...?

—Alguien me lo dijo.

Voy a matar a Gemma.

—¿Gemma?

—Gemma no me cuenta nada.

—¿Chloe?