9. De vuelta al lago

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Capítulo 9.

Estoy sentada en una heladería con Connor y Chiara. Ya terminamos de comer nuestros helados, pero decidimos quedarnos un rato más.

Vinimos solo a pasar el rato y a distraernos. Elis está sentada con sus amigas en una mesa en el fondo. Puedo notar como de vez en cuando ella y Connor se lanzan unas miraditas sospechosas.

—Por fin mañana es viernes, esta semana ha sido muy abrumadora— expresa Connor y tiene razón.

El lunes entregamos nuestros proyectos de arte. Aún no supero el retrato que Connor hizo a la supuesta amiga de Ian. Ese dibujo quedó perfecto.

—Concuerdo contigo.

Elis se acerca a nuestra mesa con una sonrisa y se sienta en una silla vacía al lado de Connor.

—Hola hola.

—Hola Elis— la saluda Connor, casi que babeando.

Chiara y yo nos limitamos a saludarla con un asentamiento de cabeza.

—Chiara rara, tu madre mencionó hoy en la clase de biología que mañana es tu cumpleaños.

¿Mañana es el cumpleaños de Chiara?

Mierda, juro que no lo sabía. Chiara no lo había mencionado.

Connor y yo nos miramos por unos segundos sin saber que decir.

—¿Mañana es tu cumpleaños?— cuestiona Connor mirando a Chiara.

—¿Por qué no lo mencionaste?— cuestiono.

—Así es, mañana cumplo dieciocho años. No lo mencioné porque no es nada importante.

¿Cómo puede decir que su cumpleaños no es importante?

—¿Nunca has tenido una fiesta de cumpleaños?— Chiara niega con la cabeza, un poco avergonzada.

No sé por qué le da vergüenza, yo solo he tenido una fiesta de cumpleaños en toda mi vida.

—Pues este cumpleaños será diferente, querida Chiara. Mi abuela y madre salieron de la ciudad y me dejaron la casa sola, hagamos una fiesta por tu cumpleaños— propone Elis.

Chiara se merece una fiesta, y me alegra que Elis quiera hacerla.

—No Elis, no es necesario.

—Chiara, mereces que celebremos tu cumpleaños— dice Connor tratando de convencerla.

—¿Ustedes podrían invitar a algunas personas?— pregunta la pelirroja.

—Yo puedo decirle a mis hermanas y a mi primo.

—Y yo puedo invitar a Ian.

Ian...

No nos vemos desde el día que fuimos al cine.

De nuevo el recuerdo del beso vuelve a mi mente. Pero ya lo entendí, en serio fue un beso sin importancia.

—Bueno está bien, pero no le digan a mi mamá— accede Chiara.

—Bien, mañana en la noche en la mansión de mi abuela— Elis se pone de pie, nos guiña un ojo y se devuelve a su mesa.

—Qué dulce es— Connor sonríe.

Genial, ya quiero que sea mañana para ir a la fiesta.

****

Estoy en el patio de mi casa con mis hermanas y mi primo, todos sentados en unas sillas de madera tomando café.

Mi Amor y DolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora