Mi Amor y Dolor

3. La boda

Capítulo 3
La boda.

Estamos en la casa de la playa de Sam y Drake, donde será la boda. Se supone que la ceremonia será en la enorme sala y la fiesta afuera.

En este momento Drake está esperando a Sam en el altar. Mientras que Sam está dándose unos retoques en una habitación junto a sus damas de honor.

Yo estoy en otra habitación con Dylan. Tengo solo un albornoz y estoy caminando desesperada de un lado a otro mientras él me mira sentado en la punta de la cama.

—¿A qué hora llegará Tom con mi vestido?

—Hazel... es que... pues— me detengo cuando no termina y hablar y lo veo rascándose la nuca. Está nervioso.

—¿Qué?

—Mi hermano y su esposa llegaron. Están abajo.

—¿Y dónde está el maldito vestido?

—Tom lo olvidó.

No grites, Hazel.

No grites, Hazel.

No grites, Hazel.

—¿Cómo que lo olvidó? ¿Stella también lo olvidó?

—Lo compraron, pero lo dejaron en el taxi cuando venían.

—¡Puta madre!

—Cálmate...

—¿Cómo demonios voy a salir a la ceremonia? ¿Con este albornoz?

—Te ves linda con lo que sea.

Alguien toca la puerta y sin esperar respuesta la abre. Es una chica, muy linda. Tiene el cabello negro, recogido, un vestido violeta suelto hasta sus muslos y unos tenis. Está perfectamente maquillada y tiene una hermosa sonrisa.

En su mano tiene una bolsa negra de compras, pero no la analizo mucho.

—Hola— nos saluda.

—Hay otras habitaciones desocupadas— trato de ser cordial.

Pues no lo has logrado.

—Lo siento. ¿No sabes quién soy?

La analizo un poco mejor por unos segundos hasta que la reconozco y una ola de nervios me atraviesa.

—Mar...— carraspeo—, Margot Lemaire.

—Sí... tú eres Hazel. Amo tu trabajo y me sorprende que no hayas podido hacer un vestido para ti.

—Claro.

—Por eso te traje uno nuevo— me extiende la bolsa y yo la cojo un poco nerviosa.

—¿Cómo...?

—Connor llamó a Ian y él me lo encargó. Espero que te guste.

Saco el vestido y lo detallo un poco. Es color blanco, pero no es para nada parecido a un vestido de novia.

—¿Es de mi talla?

—Sí, sorprendentemente Ian sabe cuál es.

Qué bueno que en estos 5 años no he aumentado ni bajado de peso.

—Gracias, Margot— le sonrío al mismo tiempo que Dylan se aclara la garganta—. Oh, es mi nov...

—¡¡Lo sé!! Dylan Bennet. Tengo una obsesión por el fútbol desde que te vi a ti y a tu hermano en un partido.

—Eh... gracias.

La chica sale de la habitación sonriendo y yo miro fijamente a Dylan.

—Debes ayudarme a ponerlo.