Capitulo 11: Días Grises

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  Los días venideros después de la muerte del señor Finger no fueron agradables... Pieck se la pasaba en su habitación desde que el sol salía hasta que se escondía. Traté de hablar con ella una innumerable cantidad de veces pero no había forma, ella no contestaba. Por suerte si comía, siempre le dejaba una bandeja con un plato de comida, pan y una jarra con agua. Para cuando volvía a subir esta se encontraba vacía afuera de la habitación.

  Cansado de no saber que hacer decidí pedirle consejo a alguien que la conociera mejor que yo.

— ¿Qué Pieck que? — preguntó Porco algo desorientado.

— Ha pasado casi 2 meses desde que su padre murió y ella no ha salido de su habitación desde entonces... — expresé mientras bebía un sorbo de café. — Los primeros días pensé que era algo normal y que debía dejarla desahogarse... Pero desde entonces ya no me volvió a hablar — agregué apenado.

— Ya veo... — dijo Porco llevando su mano a su mentón — Pues la verdad es que no tengo idea de que hacer en tu lugar... — se resignó.

— ¿Eh?... — dije sorprendido.

— ¿Por qué te sorprendes? — preguntó él.

— Pues... Esperaba que me fueras un poquito más de ayuda la verdad — dije mientras soltaba un suspiro.

— Pieck siempre fué muy reservada en estos temas. Así que lo único que puedo decirte es que tengas un poco más de fé en tí... Ya te lo dije una vez, ella te trata de forma diferente, aprovéchalo y ayudala... — dijo Porco mientras se levantaba. — Se que podrás hacerlo Gaz, pero de todos modos buena suerte... — se despidió Porco luego de darme unas palmadas en el hombro.

  Él tenía razón... Debía ayudarla y estar ahí para consolarla. Pero la cuestión era ¿Cómo?, El único contacto que mantenía con ella era por medio de una bandeja de comida y alguna que otra vez la vi cruzar con dirección al baño.

"El señor Finger debe estar absolutamente decepcionado de mí..." Pensaba mientras le daba unos sorbos al café... "El señor Finger... ¡La carta!" Al recordarlo sentí como si hubiera tenido una enorme revelación. Salté del asiento del café dejando algunos billetes de propina y corrí a casa.

"Como pude haber sido tan despistado..." Pensaba mientras estaba a punto de girar en una intersección. Cuando lo hice terminé chocando sin querer contra otra persona.

— Agh... Lo siento, no ví por dónde iba — expresé mientras ofrecía mi mano para levantar al extraño.

— No te preocupes... Todos tenemos días así — dijo aceptando mi mano.

  Al levantarlo se limpió el polvo. Era un tipo alto, algo fornido y con una característica barba al igual que su cabello. Tenía unos lentes que se anteponían a sus ojos azules.

— ¿No te golpeaste? ¿Verdad hijo? — preguntó el señor.

  Mientras más lo veía, más crecía una extraña sensación de haberlo visto antes.

— Oh, dónde están mis modales — dijo mientras extendía su mano. — Zeke Jaegar...— se presentó mientras acomodaba sus gafas. — Es un pla... — su presentación se interrumpió cuándo me vió mejor.

  Su sonrisa se apagó.

— ¿Nos hemos visto ant...? — antes de que acabe estreché su mano.

— Roy Finger... Un placer — mentí y seguí corriendo a casa.

  El apellido de aquél hombre resonaba en mi cabeza... Pero decidí ocuparme luego de eso, ahora tenía otras prioridades.

  Abrí bruscamente la puerta principal y subí a mi habitación mientras jadeaba tratando de recuperar el aliento. Al llegar busqué en mis cajones y cuándo encontré la carta fuí a la habitación de Pieck.

  Dí dos golpes... — Pieck, ¿Estás despierta? — pregunté pero no obtuve respuesta. — Escucha, quería hablar contigo... Si hice algo que te molesto me disculpo de todo corazón — seguía sin obtener respuesta. — Se que ha sido duro y perdón por no haberme dado cuenta antes... Pero lo creas o no, yo también sufrí y lo sigo haciendo al ver que no sales de tu habitación... —  Ni un sonido provenía desde adentro.

"Por favor que funcione..." Pensé con los ojos cerrados. — Es por eso que te traigo una carta que tu padre dejó antes de morir... No tengo idea de que dice el contenido puesto que es dedicada a tí. Así que si no sales no te la daré — dije decidido. Pero aún así no hubo respuesta, pero no me rendí. — No me movere de aquí hasta que salgas...— dije y me senté en el pasillo frente a su puerta esperanzado de que esta se abriera.

  La noche cayó y el frío se hacía presente, pero aún así no me moví de allí... Estaba temblando, tenía sueño pero aún me obligaba a seguir despierto. A las altas horas de la madrugada el estómago me rugía como un león hambriento, pero estaba dispuesto a quedarme ahí...

  Perdí la noción del tiempo y sentí como un rayo a
De Luz asomaba por una de las ventanas... El amanecer se hacía presente y ella aún no salía. Los ojos comenzaron a pesarme por lo que hice el doble de esfuerzo para Manterme despierto pero no lo logré y caí dormido...

  Desperté en mi cama, me levanté y estuve unos minutos para entender la situación. Al recordar la carta salí lentamente de mi habitación y ví la puerta de la habitación de Pieck semi-abierta. De mera curiosidad la abrí y no había nadie adentro.

  De la nada un olor comenzó a engatuzar mi olfato... Provenía de la cocina. Bajé lentamente y allí estaba ella. Tenía el cabello recogido y un delantal. Me maraville al verla cocinar, pero más aún al verla nuevamente. No pude evitar contener las lágrimas y me pellizque varías veces para ver si todo esto era Real.

  Cubrí mi boca para que ella no me escuchara sollozar pero para mi mala suerte lo hizo... Se volteó, me vio y soltó su cucharón. Se acercó lentamente con la cabeza agachada y cuándo estuvo cerca de mí Murmuró algo...

— ¿Q-que? — pregunté.

— L-lo.... Siento — dijo ella apenada — por todo... — sus hombros temblaban, otra vez estaba llorando en silencio.

  Me quité la mano de la boca y levanté su cara desde su mentón. Su cara estaba totalmente empapada de lágrimas mientras se contenía para no llorar. La envolví en mis brazos y me juré no volverla a dejarla sola nunca más...

— Vamos... No te contengas — dije en su oído.

  Ella comenzó a llorar a todo pulmón en mi pecho y yo Igual, pero en mi caso era de felicidad... Ella al fin, había vuelto...

"No importa que sea mi enemiga..." (Shingeki no Kyojin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora