Capitulo 12: Una cálida noche de invierno.

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  Ha pasado ya un año desde lo que ocurrió con el señor Finger... Desde entonces hemos vivido relativamente bien, obviando el hecho de que al principio Pieck sufrió mucho. Desde entonces no hemos avanzado mucho más en nuestra "relación", si es que así se puede llamar esto... Confieso que en algunos momentos quería reclamar aquel beso que ella me prometió antes de irme pero en cierta forma sentía que estábamos bien así y que debíamos ir sin apresurarnos...

— Kyle, ¿Has dormido bien? — preguntó Pieck haciendo que salga de mi monólogo mental.

— Si, ¿Por qué lo preguntas? — dije algo extrañado.

— Llegó el invierno y temo que no tengas con qué taparte — expresó preocupada.

— Tranquila, estoy bien. — respondí con una sonrisa. — Tengo una idea, ¿Por qué no me dejas cocinarte algo esta noche? — propuse.

  Ella hizo una cara de desconfianza. — ¿Tú cocinas? — preguntó.

— Tan poca fé me tienes eh... Haré que te tragues tus dudas — dije y me encaminé a la cocina.

  Una vez allí comencé a cocinar mi especialidad, filete de Res con huevos y una salsa que aprendí leyendo unos libros de cocina. Al terminar llevé ambos platos a la mesa que había arreglado Pieck con unos manteles y un par de vasos.

  Nos sentamos y ella veía asombrada el Filete. — Se ve bien... Demasiado bien — dijo asombrada.

— Y sabe aún mejor de lo que se ve — dije inflando el pecho de orgullo mientras soltaba una sonrisa un tanto egocéntrica.

— Ya veremos si es cierto — dijo ella mientras tomaba sus cubiertos y cortaba la carne.

  Apenas apoyó el cuchillo la carne comenzó a deshacerce soltando los jugos que tenía dentro, el cuchillo se desplazaba sin oposición mientras cortaba los filamento del filete. Tomó el trozo con un tenedor, sopló un poco y se lo metió en la boca.

  Yo miraba expectante de su opinión...

— Mmm... — saboreaba con los ojos cerrados.

— ¿Mmm? — pregunté.

  Ella abrió los ojos y soltó una tierna sonrisa. — Está delicioso — expresó.

  Mi cara se puso como un tomate al verla así que tuve que mirar hacía otra lado para que no lo note.

— ¿Te pasa algo? — preguntó y solo negué con mi cabeza.

  Ya no podía ocultarlo... Mi corazón pedía a gritos hacer algo para romper esta barrera de "amigos" que mantuvimos durante este tiempo. Pero no se me ocurría nada...

"Llevarla a un café quizás" pensaba pero luego lo descartaba al recordar que no sería muy romántico llevarla a un lugar dónde usualmente se juntan amigos y compañeros de trabajo de ambos.

"¿Una cena?" Una idea un tanto arriesgada puesto que creo que ella se sentiría algo incómoda si la llevo a un lugar así.

  Al final me rendí... "Lo pensaré mañana" me resigné y fuí a mi habitación para acostarme a dormir. Me puse mi pijama y me acosté apagando la vela que tenía al costado de la cama. Me tapé y traté de conciliar el sueño...

  Pasaban los minutos y esa imagen de Pieck no salía de mi cabeza... También recordé lo que había sucedido aquella vez en esa habitación y nuevamente me puse como un tomate. Pasadas unas horas comencé a sentir el frío en la habitación. Únicamente tenía una sábana y una colcha algo vieja. Me lamenté el hacerme el duro frente a Pieck.

  Traté de ignorarlo pero me resultó difícil. Tragué mi orgullo y me levanté a mitad de la noche, salí de la habitación y me dirigí a la de Pieck. Dí dos golpes en la puerta pero no recibí respuesta por lo que entré.

"No importa que sea mi enemiga..." (Shingeki no Kyojin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora