Dos meses después
— ¿Amelia?-pregunta al verla parada del otro lado de la puerta- al menos no viniste a medianoche.
— Necesito hablar contigo -dice preocupada- tengo algo con Link -suelta de golpe, Maia simplemente se queda en silencio- y estoy embarazada.
— Felicidades -dice con una sonrisa- ¿Estás feliz o asustada?¿Que debería decirte? -pregunta-
— Desconcertada, estoy desconcertada así que tú también lo estarás -responde Amelia y Maia asiente- dime palabras de aliento, esa que tú sabes.
— Siéntate porqué siento que vas a desmayarte -pide y Amelia hace lo pedido- estoy feliz por ti -dice sincera-
— ¿No me odias? -pregunta confundida-
— No, voy a ser tía -dice feliz- no sé cómo se supone que es ser tía, pero suena bien -comenta entre confundida y feliz- no tengo buenas experiencias con los bebés, pero quiero que sepas que voy a apoyarte en todo momento. Si quieres tener ese bebé, perfecto, te apoyaré en el embarazo y en todo momento,si no quieres tenerlo, perfecto, estaré para tí cuando decidas abortar, si quieres llorar, perfecto, estaré abrazandote mientras lloras, si quieres festejar, perfecto, festejaremos; solo dime qué quieres -dice con una sonrisa-
— Siento que soy idiota -comenta Amelia llorando, Maia la abraza- jodidamente idiota.
— No lo eres -niega Maia- estás asustada y eso está bien.
— ¿Cómo llevaste tú tus embarazos? -pregunta Amelia sobre el pecho de Maia-
— No es el mejor tema del mundo -susurra Maia evitando el tema-
— Quiero saber -responde Maia-
Flashback
— Mamá -llamo Maia por tercera vez- Mamá, joder, levántate -se queja con su madre-— ¿Que son tantos gritos? -escucha a su padre-
— Debo ir al hospital y no se levanta -responde señalando a su madre- mamá, me cago en la puta, levántate -se sigue quejando cuando su padre le da una bofetada-
—¿Que es ese vocabulario? en mi casa no se habla así, mocosa -se queja agarrando fuerte a Maia de la barbilla-
— Lo siento -se disculpa Maia-
— Va, arréglate que nos vamos al hospital -dice su padre señalando su habitación- Savi, levántate -escucha que le dice a su madre- llevaré a Az al hospital.
—Que le vaya bien -escucha a su madre- Az, cómprame cigarros cuando vuelvas -pide-
El camino al hospital fue tenso, incómodo. A Maia le daba miedo estar sola con su padre por lo que se limito a ir callada. Cuando estaba en el hospital escucho que una enferma la llamaba así que miro a su padre pidiéndole permiso para entrar.
— Anda, niña, vete -le responde su padre-
— Hola -saluda a al Doctora-
— Hola Cariño -saluda cariñosamente la doctora- mira, voy a sacarte un poco de sangre y en unos treinta minutos tendremos los resultados -le informa la doctora-
— Genial -responde Maia- gracias Doctora
— Dime Marie -pide la doctora amablemente-
— En ese caso, dime Az -pide ella con una sonrisa tímida-
— Ve a la sala de espera y cuando tenga los resultados voy a llamarte -informa la doctora-
— Papá, debo esperar treinta minutos y ya podremos irnos -dice cuando encuentra a su padre en la sala de espera-
Treinta minutos después la doctora la llamo, entregándole los resultados.
— Papá -llama con la cabeza baja entregándole los informes- estoy embarazada.
— Ya verás tu en la casa -dice entre dientes apretando los puños para contener su ira-
Realmente, ella sabía lo que sería llegar a la casa de unos alcohólicos y drogadictos estando embarazada, no le tomarían mucha importancia porque la mayoría del tiempo están fuera de si, pero mientras estén un poco conscientes sería un purgatorio.
Fin del flashback— Los lleve como pude -responde finalmente Maia-
Era cierto había sobrevivido en los dos embarazos.
— Estoy embarazada e intentado una relación con una persona que no amo solo porque me da miedo aceptar lo que siento -dice irónica Amelia- ¿Y haz pensado en abortar? -pregunta, Maia asiente- ¿Porque no lo hiciste?
— En mis condiciones abortar significaba hacerlo sola en el baño de mi casa con un gancho para ropa o en algún taller mecánico con una aguja de tejer de alguien sin experiencia o con alguna bebida rara de las curanderas del barrio -responde Maia apenada- jamás aprecie mi vida, pero tenía muy claro que no quería vivir así además de que tenía prohibido hacerlo, pero esa es una historia que te contaré en otro momento -agrega-
— ¿Dónde naciste? -pregunta Amelia- me dijiste que en Canadá pero jamás en que parte.
— Downtown Eastside, Vancouver -responde Maia- no es la zona céntrica y bonita de Canadá -comenta-
— ¿Y en Estados Unidos en que parte viviste? -pregunta-
— Escobares, Texas -responde- tampoco es la zona bonita, estudie en Harvard, me gradué con el mejor promedio de mi clase, todo gracias a una beca -comenta alzando los hombros-
— Claro, el aborto no era la opción más segura en esos lugares -dice Amelia asintiendo- no quiero que sea las Tia de mi bebé -comenta, Maia la mira sin entender- no puedo dejar que la persona de la cual estoy enamorada sea la tía de mi bebé, preferiría que seas algo así como su segunda madre pero soy idiota y estoy intentando una relación con alguien que no amo. -dice negando con la cabeza-
— Deberías resolver tu situación con Link y yo estoy dispuesta a ser lo que quieras -responde Maia tomando la mano de Amelia-
¿Ustedes qué creen del pasado de Maia? Déjenme sus teorías conspirativas sobre el pasado de ella.
Me juego la vida que por muy randoms que vayan a ser sus ideas el pasado que tengo pensado de Maia no se parece en nada al que ustedes pueden pensar.