Todos los cuentos tienen su final
— ¿El divorcio?
— Creo que pasaré la noche aquí contigo -contesta Amelia evitando el tema del divorcio-
— No evites el tema -se queja Maia cuando Megan empieza a llorar-
— Podemos arreglar nuestra relación -propone Amelia persiguiendo a Maia por toda la casa quien mientras amamantaba a Megan limpiaba los platos de la cena y pensaba que les prepararía de lunch a los niños para la escuela al día siguiente- Maia, escuchame -pide-
— Amelia, estoy ocupada -responde cortante-si vas a estar aquí, no estorbes -pide dandole la espalda-
— ¿Te quieres divorciar de mí? -pregunta incrédula, Maia niega con la cabeza- ¿Entonces? -pregunta sin entender-
— Entre estar asi contigo o divorciarnos, ser felices por separado y simplemente cruzarnos por trabajo o los niños, prefiero la segunda opción -confiesa Maia mirando a Megan a quien le daban ganas de golpear por como mordizqueaba sus pezones y le hacian doler-
— Yo quiero ser feliz contigo -responde Amelia abrazando a Maia por la espalda- lo siento por lo que dije, ya llevo una semana limpia y te prometo que eso no volverá a pasar -aseguro-
¿Sería estupido por parte de Maia perdonarla tan rápido?¿Estaba haciendo bien en perdonarla?¿Se arrepentiría de hacerlo?¿Tendrian un final feliz después de todo?
El tiempo fue pasando, primero fueron horas, dias, semanas, meses y luego años, los actos escolares, las primeras palabras de Megan, sus primeros pasos, la graduación de Scout, las charlas interminables en familia, definitivamente habia hecho bien en perdonar a Amelia, no existía persona que amara tanto en el mundo como la amaba a ella. A día de hoy Scout tenía 25 y estaba entrando a su primer dia como interno en el Grey-Sloan Memorial, Liam 22 y estaba terminando la carrera de medicina; Megan 17 y estaba en la secundaria.
Los tres tenían decidido que querían, Scout Ortopedista como Link quien saltaba de felicidad cuando se entero, Liam se enamoro de Cardiología y a Megan Neurología le parecía la mejor área de cirugía, así que sería neurocirujana. Si bien a Maia no le importaba que carrera eligierane sus hijos, mentiría si negara el hecho de que intento convencer a Scout y Megan para que elijan Cardio, según Maia ellos tenían mal gusto por no apreciar la cardiología.
En el grupo de internos/residentes también se encontraban Zola, Bailey, Ellis, Allison y Leo, lo cuál desde el punto de vista de Scout le facilitaría las cosas pero desde el punto de vista de los titulares era el matadero.
— Recuerda, no tendras privilegios -le repetía Maia mientras conducia camino al hospital luego de dejar a Megan en la escuela-
A veces se sentía triste por el hecho de que Liam se haya ido a estudiar a Harvard pero sabía que era una muy buena elección.
— Eres interno, los residentes, titulares y especialistas te ven como los desechos del hospital -agrega Amelia-
— No te sacaremos de los aprietos, debes aprender a resolver tus problemas tu solo, no uses nuestros nombres para salvarte de un regaño -comenta Link quien había ido en el auto con ellos porque el suyo se rompió-
— ¿Las reglas? -pregunta Amelia y Scout no sabe que responder-
— No adules, te odian. Duerme cuando puedas, en donde puedas. No despiertes a un titular o residente a menos de que el paciente este muriendo. Si el paciente muere y despertaste a tu residente sin razon, eres hombre muerto. Si tu residente se mueve, tu también -dicho eso Maia estacionó el auto y todos bajaron-
— No te asustes, Mami lo hace ver cómo algo tenebroso pero no lo es... a menos que tu residente sea ella -comenta Link abrazando a Scout por los hombros-
— Mami es realista -corrige Maia con una sonrisa- Suerte -desea con una sonrisa- te quiero -le hsce recuerdo para luego alejarse-
Su pequeño Scout ya era todo un hombre adulto, de solo pensar en eso se le escapo una lágrima.
— ¿Por que lloras? -escucha la voz de Amelia-
— Es todo un hombre -responde con una sonrisa orgullosa en sus labios- el pequeño Scout, es todo un hombre -repite cuando aun mas lágrimas de orgullo se le escapan de sus ojos-
— Nuestro hijo es un hombre -asegura Amelia-
Ambas tomaron caminos separados para ir a realizar sus respectivos trabajos, Maia no pudo evitar reir cuandi vio a Zola siendo la titular de Scout y repetirle las reglas que previamente Maia le habia dicho con la mirada de medusa que habia heredado de Meredith.
— Lincoln -lo nombra Zola- con la Doctora Baker -dice fingiendo estar sorprendida, ambas se guiñan un ojo-
No era maldad, era entrenamiento. Quería tenerlo en su servicio para que realice trabajo duro y pueda entrar a un quirófano en si primer día, no son privilegios, es práctica.
Scout paso su turno en el quirófano, en urgencias, en la clínica, en el laboratorio, en recepción, en todo el hospital, ese día el aprendió lo que era ser médico.
— ¿Este es nuestro final feliz? -pregunta Amelia abrazada a Maia mientras por el pasillo de cristal observan a tosos hacer su trabajo-
— Este es nuestro final feliz -asegura Maia dándole un beso rápido-
Al final no soy tan mala,no mate a nadie y las hice felices.