Capítulo 01: Un nuevo comienzo.

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Meagan.

Observo mi semblante pálido en el espejo, ya no queda rastro de mi hermosa piel canela, tonalidad que también poseía mi madre. Le doy un último vistazo a mis ojos color verde esmeralda antes de ponerme los lentes de contacto color café, no me apetecía recordar la mirada de mi papá, tuve la dicha de heredar sus preciosos ojos que hoy en día siguen atormentando mi tranquilidad.

Lacey Galanis. Así se llamaba mi papá, un hombre lobo, era el beta de la manada Garra de oro, era la luz de mis ojos, dejó de vivir en la manada ubicada en Canadá al enterarse de que su mate, una humana, o sea, mi madre, estaba embarazada de una niña, la cual por sus venas no corría el gen lobo, aunque era algo muy inusual no era imposible, ya que esta vez habían ganado los genes de mamá. Mi papá era griego, era un hombre hermoso, alto, blanco, cabello café y con ojos esmeralda.

Tara Assis, mi madre, era una humana practicante de la magia, siempre había sido mi compañera. Era una hermosa brasileña que por cosas de la vida le tocó ser la compañera de por vida de mi papá. Yo siempre había sido su prioridad. Era tan hermosa que no podría describirla, su piel morena tan exótica como la mía, cabello color caoba, ojos miel y una figura tan espectacular que cualquiera quedaba embobado de solo verla. Yo era su copia exacta, exceptuando los ojos que heredé de mi papá.

Al tomar la decisión de alejarse un poco de la manada al enterarse de que yo venía en camino, querían evitar que una humana corriera tantos riesgos en un lugar tan fuerte como una manada. Tyre, el Alfa de papá, entendió a la perfección la situación y los dejó mudarse a la tierra natal de mamá, Brasil, un lugar con suficiente vegetación para que papá al menos pudiera transformarse y correr libremente en la luna llena. Desde la distancia él seguía siendo el beta de la manada y cada cierto tiempo hacía viajes a Canadá para ponerse al día.          

Mi nacimiento fue un poco peculiar, básicamente nací en el medio de la nada, nací en territorio venezolano, muy cerca de la frontera brasileña, en el monte Roraima, mis padres se encontraban ahí porque Lacey hacía pequeños campamentos por esas tierras junto a mamá, él para liberar su lobo y ella para practicar la magia.

Mi vida era muy hermosa y entretenida, en la vida escolar iba excelente por mi alto coeficiente intelectual, papá se la pasaba presumiendo que lo había heredado de él y mamá siempre se irritaba.

"— ¿Están bromeando?, a mi preciosa hija le asignaron cursar en un grado superior porque estaba muy adelantada, sin duda alguna hice las cosas muy bien hace 14 años. —le restriega Lacey a mamá."

"—No seas tonto, ¿sí? Lo único que ella sacó de ti fueron tus ojos, así que no molestes. Y si ella es tan inteligente es porque Luna le dio ese don. —contraataca mamá. Yo solamente me dedico a rodar los ojos ya cansada de su discusión infantil y pienso en Rich y qué estará haciendo."

Vuelvo al presente al escuchar dos toques suaves en la puerta de la habitación que compartía con Tiny, seco mi rostro, al parecer los recuerdos desataban fuertes diluvios en mí.

—Nena, ya llegó tu tía Carine. —me anuncia la mamá de Tiny suavemente mientras se adentra a la habitación con un tono melancólico. Ella al igual que Tiny les dolía tener que despedirse de mí, mi tía junto al Alfa Tyre habían tomado la decisión de llevarme a la manada ubicada en Canadá para vivir con ella, mi primo Ethan y su pareja Drew.

El Sr. Dubois, que era el padre de Ethan, había perdido la vida cuando éramos muy pequeños en una batalla. Ethan y su fallecido padre eran hombres lobo y mi tía Carine era igual que mi mamá, una humana que practicaba magia.

—Ok Alessandra, ya bajo a recib... —la puerta se abre de par en par abruptamente interrumpiendo, dejándome ver a una tía Carine buscándome ansiosamente.

LA VOLUNTAD DE LA LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora