Capítulo 06: Compañero peculiar.

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Meagan.

Desde su aparición, Sergei y yo no nos hemos separado en ningún momento. Es como si nos encontráramos en una especie de hechizo, no paramos de conocernos y hablar todo el fin de semana. Su compañía es agradable y terapéutica para mí. 

Me contó que tiene 1000 años en la tierra, pero en el mundo común hace creer que tiene 23, ha estudiado innumerables profesiones y ha aprendido diversos oficios. Ahora mismo se dedica a unas empresas de moda reconocidas mundialmente, me explicó que no podía describir su riqueza, creo que mil años en la tierra te alcanza para eso y más. Tiene su propia cadena hotelera, restaurantes y aerolíneas. Este chico me recuerda a Barbie.

En estos momentos nos encontrábamos hablando acerca de su país natal, Rusia. Pero nuestra conversación fue interrumpida por una llamada entrante en mi celular.

—Es Rinc, voy a contestar. Dame un minuto.

Me alejo de Sergei para descolgar la llamada. 

—Hola Rinc.

—¡Meagan! Tanto tiempo sin hablar, ya te echaba de menos. 

—No seas exagerado, tenemos solamente dos días sin hablar. 

—Por eso, es demasiado. —reímos levemente —Quería preguntarte si podía ir a tu casa para pasar el rato. 

—Claro, estoy en el jardín con Sergei, llegas directamente hasta acá. 

Se escucha un gruñido por la línea.

— ¿Estás sola en el jardín con la sabandija? Ya voy para allá. 

Esto es lo último que dice antes de colgar y dejarme con la palabra en la boca. 

—Cuando llegue le daré su merecido por dos razones, una es por decirme sabandija y la segunda es por dejarte con la palabra en la boca. 

¿Cómo consiguió escuchar la llamada? Ah, ya lo olvidaba, estamos hablando del súper vampiro. 

—No seas tonto, es normal que reaccione así ante ti, aún te ve como amenaza, sus especies no están acostumbradas a compartir territorio. 

— ¿Compartir territorio o chica? Ese intento de Romeo está celoso porque has pasado más tiempo conmigo que con él y su hermana. Siente que voy a robar su oportunidad de conquistarte y dejarlo sin la encantadora niña que utiliza lentes de contacto por producto de un trauma de su pasado. 

Te pasas Sergei, te pasas. 

—Gracias por tu acotación. Pero yo no creo que le guste a Rinc.

Sergei chasquea su lengua.

—Meagan, lo tienes enamorado. Conozco ese tipo de actitudes y conductas, ¿Acaso no te percataste de cómo tenía tu cuerpo envuelto en sus brazos el día que yo aparecí? Él estaba dispuesto a convertirse en esos momentos y arrancarme el cuello si yo me atrevía a tocarte una sola hebra. 

— ¿Acaso estudiaste psicología? 

—En Princeton. 

—Debí imag—

—¡Llegué!

Fui interrumpida con el anuncio de Rinc. Llegó más rápido de lo que pensé, iba a reclamarle por su preocupación excesiva pero todo quedó en blanco cuando veo que tiene un ramo de rosas y una bolsa de golosinas en sus manos. 

El calor de mis mejillas se hace presente rápidamente y Sergei solo se dedica a rodar los ojos ante la escena.

—Te traje esto, espero te guste.

LA VOLUNTAD DE LA LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora