Meagan.
Estoy preocupada. Ha pasado un día y no he sabido nada de Rinc. Sé que tiene muchas actividades pero igual no es motivo para desaparecer. Hide tampoco ha venido y eso me extraña, ella casi que vive aquí. Nada de esto me da buena espina, Sergei me ha dicho que estoy paranoica pero algo me dice que no es así.
—Tía, puedo jurarte que algo no está bien —le digo mientras la ayudo a buscar un libro por los grandes estantes de la biblioteca que está en la casa—. ¿Ni un solo mensaje de ambos?
—Tal vez están muy ocupados, el abuelo Mckay llegó y seguramente están siendo más estrictos en los entrenamientos. Ni tu primo ha dado señales de humo.
—Bien, tus palabras me convencieron un poco —le sonrío—, pero igual no me saca la espinita de preocupación.
—Pequeña —deja de buscar y se queda frente a mí con los brazos cruzados—. Tienes que tranquilizarte algo, no todo siempre es malo mi niña, deja eso atrás.
Sé a lo que se refiere, su indirecta fue algo directa. Tiene razón, pero me es inevitable no tener miedo y preocuparme por las personas que quiero.
—Bien.
—Ahora ve y busca tu mochila. En menos de una hora debes presentar un examen. Yo seguiré en la búsqueda del libro Verde.
—¿Por qué tanta insistencia en encontrar ese libro, tía?
—Porque necesito completar mi colección, ya sabes, tengo el Azul, tengo el Púrpura, pero no recuerdo en donde dejé el Verde —explica mientras sigue rebuscando en los estantes.
—¿Tú siendo tan controladora perdiste un libro importante de magia? —interroga Sergei entrando a la biblioteca ya con el uniforme del instituto puesto y jugando con las llaves de su camioneta—. Me sorprendes, Carine.
—Te sorprenderás más cuando te estalle el jarrón que está en esa repisa, sobre tu cabeza. Largo, no quiero que Meagan llegue tarde. —se defiende mi tía mientras se sube a unas escaleras.
—Desde aquí me huele a que ocultas algo. Ojalá sea una infidelidad a Drew y no otra cosa importante. —dice el vampiro mientras esquiva un globo de nieve que le aventó mi tía.
Saco a mi protector de la biblioteca algo anonadada por lo que dijo y a la vez molesta, ¿cómo se le ocurre pensar así de mi tía?
—¿Qué te pasa, Sergei? —lo reprendo mientras agarro mi mochila y teléfono para salir de la casa—. ¿Acaso te escuchaste? ¿Amaneciste estúpido?
—No me pasa nada, si y no.
—¿Qué ganas sospechando de la persona que me acogió?
—Pueda que gane la respuesta a todo esto —se encoge de hombros mientras abre la puerta de copiloto para mí.
—¿Crees que Carine —hago énfasis en su nombre— mi segunda madre tiene algo que ver en mi desgracia?
—Pues sí. Yo desconfío de todos en este pueblo, lo que sucedió esa noche lo tienen aquí como un tema tabú y quiero saber el porqué para ayudarte. ¿Por qué tanto misterio con tu caso? ¿Por qué tanta compasión contigo?
—Ok, te entiendo. Pero estamos hablando de mi tía y es algo absurdo.
—No, no lo es. ¿Qué tal si le tenía envidia a tu mamá y estaba enamorada de tu papá? Seguramente por eso quiso sacar del camino a Tara para quedarse con su familia, llegó el día del crimen y tu padre vio cuando la mató, entonces tu tía no podría vivir con el odio de su gran amor y por eso decide también asesinarlo para quedarse solamente contigo y criarte junto a Drew. ¿De casualidad no has notado que Drew se parece algo a tu papá? Seguramente tu tía estaba obsesionada con él.
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LA VOLUNTAD DE LA LUNA
Fantasy-Hija te amo, no importa lo que pase de aquí en adelante, por siempre serás mi pequeña...-menciona el nombre que solo él y yo conocemos tomando una bocanada de aire ya que las heridas no lo dejaban respirar bien-. Nunca lo olvides, ten mucha fé en n...