Capítulo 17: Cortopunzante.

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Meagan.

—Señorita, ¿podría decirme en qué parte del edificio se encuentra Rinc Fox? Por favor. —le pregunto amablemente a la encargada de la recepción del edificio.

—Luna —dice mientras agacha su cabeza y yo ruedo los ojos al escuchar a Sergei burlándose a unos pasos—. Si me permite unos segundos, le doy una respuesta del líder guerr...—pero es interrumpida por el tono del teléfono fijo—. ¿Me deja atender? —pregunta, pero sonó más como si estuviese pidiéndome permiso.

—Seguro —sonrío.

Me alejo un poco para darle su espacio y ojeo el lugar. Es muy iluminado y hace algo de frío comparado al clima de allá afuera. Los colores claros le dan su toque de pureza y a la vez me da escalofríos, supongo que se siente así porque es el hospital del recinto de entrenamiento. Me poso en uno de los sillones de la enorme sala y observo como Sergei saca una barrita energética del bolsillo de sus pantalones. Es ilógico que un vampiro coma esas barritas en vez de andar por ahí absorbiendo vidas.

Mi protector me hace señas para que me acerque nuevamente a la señorita de la recepción, sé que está impaciente porque odia esperar por los demás. Le hago caso y me acerco al mostrador. Ya dejó de hablar por teléfono y me alegra al fin obtener la información que me orilló a cometer el acto delincuencial de hace rato, pero...La expresión de la chica no me convence del todo.

—¿Ya puede decirme, por favor? —insisto mientras remuevo mis pies ansiosa.

—Eh, y-yo no sé quién es Rinc F-fox —balbucea.

—Pero...—ladeo mi cabeza confundida y busco a Sergei con la mirada. Descubro que está tan confundido como yo—. No quiero ser grosera, pero antes de que llamaran estaba por decirme su ubicación.

—Reitero, no sé de quién está hablando y le pido por favor que abandone el edificio. —pide nerviosa sin sacar su mirada de la pantalla del ordenador.

Inhalo profundamente buscando mi punto de paz. Tal vez ella tenga razón y no sepa de Rinc porque simplemente no está aquí y Ryan mintió.

—¿Está segura? No es que quiera decirle cómo hacer su trabajo, pero podría buscar en la base de datos de su computadora, solo para confirm...

Pero soy interrumpida por el puño de Sergei destrozando de un solo golpe el mostrador completo.

—¡¿Le dirá en dónde está el zarrapastroso de Fox, si o no?! —grita fuertemente haciendo que la agredida palidezca— ¡Maldita sea, no me hagas enojar!

—Ya estás enojado —susurro para nosotros dos mientras acaricio su hombro.

—Por favor, tranquilícese o llamaré para que los saquen —advierte dando pasos hacia atrás con el teléfono entre sus brazos.

—¿Sabes qué? No me cuesta nada tomar a esta niñita y tumbar cada puerta de este lugar para así finalmente dar con Rinc.

—¿Chicos? —dice una voz a nuestras espaldas y el corazón me palpita de alegría.

Se trata de Hide.

Volteo y la encuentro con los ojos explayados observando el desastre que hicimos Sergei y yo en menos de 10 minutos de estar en este lugar.

—¡Hide, no sabes cuanto me he preocupado por ti! —exclamo antes de correr hacia ella y fundirla en un abrazo que no tarda en corresponder.

—Ay pequeña Meagan, te he extrañado mucho —habla mientras me apretuja—. Pero tú y Markov me deben una explicación del porqué se emitió una alarma de alerta por el lugar. Esta solo la activan cuando hay alguna amenaza en el área y no puede ser controlada.

LA VOLUNTAD DE LA LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora