37.- La promesa. (P)

439 32 2
                                    


En el comedor de la planta baja había un espeso silencio, todos estaban sentados alrededor de una mesa vieja. Unos se miraban a los otros, todos estaban nerviosos, sin embargo nadie hablaba. Ginny había mejorado bastante, había dormido toda la noche y se sentía con fuerzas renovadas, Luna y Ron estaban cogidos de la mano por encima de la mesa, a Ron le sudaban las manos a pesar de que Luna le infundía una tranquilidad inmensa.

Hermione tenía la vista puesta en un punto fijo, esta sentada en frente de Harry que presidia la mesa junto a ella, y a su lado Draco, aún pensaba en las palabras del rubio, estaba tremendamente confundida.

Harry tomaba la mano también de su novia y la apretaba con fuerza, miraba intensamente a Hermione, la tensión estaba en el ambiente, parecía una bomba apunto de estallar.

Draco se miraba las manos, estaba nervioso también, tenía la esperanza de poder hacer algo, pero realmente no estaba en sus manos salvarla, no podía hacer nada más que esperar, pero esa espera le producía una angustia que no le deseaba a nadie, había vomitado por los nervios, estaba muy demacrado, en tanto tiempo pasaron tantas cosas que se sentía oprimido por que veía que el tiempo se le escapaba, que a pesar de haber pasado tantos años, todo seguía igual que antes.

Finalmente Ginny dio una palmada en la mesa y todos la miraron.

- Bien... ¿ Nadie va a decir nada?.. – preguntó mirando duramente a Harry y a Hermione.

- Yo no tengo nada que decir.. – dijo Hermione desafiante.

- La misión ha salido bien, dentro de lo que cabe, estoy satisfecho.- dijo Ron para alivianar el tema.

- Misión?.. a nuestro rescate le llamáis misión?.. – preguntó Luna dolida. – era vuestra obligación!- se hizo un silencio, Luna había apartado las manos de las de Ron. Pasaron unos minutos hasta que una voz se oyó.

- Que pasó?- preguntó Draco. Todos miraron a Harry.

- Llegamos allí, nos adentramos en un bosque espeso, muy oscuro, demasiado... teníamos que encender nuestras varitas... así pues como son buenos tenían una emboscada preparada, solo tenían que esperar una señal... nosotros mismos fuimos nuestros verdugos. Nos llevaron a las celdas donde estaban encerrados los presos, y menos mal que coincidimos con la celda de Ginny y Luna. – hizo una pausa. – teníamos otra varita, además de la habilidad de hacer hechizos con la mente, así pues sacamos la varita, pero alguien nos detuvo. – Harry miró a Draco.- Missel.. estaba allí depie con una varita en la mano... le caían lágrimas, sin embargo nos amenazó con matarnos si hacíamos un solo movimiento. – a Draco se le salían los ojos de las orbitas.

- Quien es esa Missel?.. me suena su nombre... - dijo Hermione. Harry miró a Draco, sin embargo éste negó con la cabeza.

- Yo no se nada de esa Missel... - volvió al relato sin apartar la mirada de Draco. – el caso, es que sabemos que cuando una persona está tan asustada sus movimientos son torpes y lentos, y eso fue lo que utilizamos en su contra, con un accio su varita llegó a nosotros, atamos a Missel y la dejamos en la celda con una mordaza. – Draco dio un manotazo en la mesa y se levantó furioso, se pasó la mano por el pelo, mirando al suelo se paseaba de un lado a otro sin parar ni un segundo.

- Que te pasa?.. – preguntó Hermione. Ron le dio una patada por debajo de la mesa y le hizo una señal de silencio, que Hermione interpretó como un insulto hacia ella. – quien es ella Draco?.

- No te importa.. te enteras?.. – salió del comedor, sin embargo los demás no dijeron nada, Ginny le acarició a Harry transmitiéndole la calma que necesitaba.

Hermione salió detrás él y lo siguió hasta una habitación en algún lugar remoto de aquella casa. Hermione cogió el brazo de Draco y lo giró, el chico la miró a los ojos, esos ojos que le atormentaban día y noche y que lo habían hecho desde hacía cinco años.

Pasión [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora