7.- El juego de Malfoy.

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A la mañana siguiente Hermione despertó tarde. Ya habrían empezado las clases con Snape, así que se vistió rápidamente y salió de su cuarto hacia el aula donde entrenaban.

Draco miraba desconcertado la clase: Hermione no estaba. Se había preocupado, pero sabía que no podía ir a buscarla. A ella le gustaba dar placer y a él también y eso es lo que iba a hacer. Pensaba buscarle las cosquillas, no podía dejar a Draco Malfoy con las ganas, porque una cosa era bailar y otra muy diferente es lo que hace Hermione: provocar. Pensando en sus cosas se oyó que la puerta se habría, dejando pasar a una castaña con los ojos llorosos y muchas ojeras.

— Señorita Granger, llega tarde... — Dijo Snape con un susurro casi inaudible.

— Lo se... no me encuentro muy bien hoy... perdone por la tardanza — dijo sin mirar a nadie.

— Puede irse a la cama si así lo desea... no tiene buena cara...

— No, no importa..

— Bien, pues póngase con Weasley y empecemos.

Hermione se puso con Ron y éste le preguntaba una y otra vez qué le pasaba, pero no contestaba. Ni siquiera levantaba la vista del suelo. Le lanzaba los hechizos con mucha rabia, hasta que en el último lo lanzó tan fuerte que dejó inconsciente a Ron. Al ver que no se movía, fue corriendo y llamó a Snape, el cual lo cogió y se lo llevó a una habitación después de dar la clase por terminada. Hermione salió de la habitación llorando otra vez hacia su cuarto, pero antes de entrar un pie se interpuso en el camino de la puerta.

— ¿Qué quieres, Ginny?... — dijo seria.

— ¿Qué te pasa?...

— Nada — Hermione entró en la habitación y se empezó a desvestir para ponerse el pijama.

— ¿Cómo que nada?... ¿tú has visto lo que le has hecho a Ron? ¡Casi lo matas!

— ¡Lo sé Ginny! ¡No hace falta que me lo eches en cara!

— ¡Pues dime qué narices te pasa Hermione! ¡Dímelo joder!

— ¡Que estoy harta de todo el mundo! ¡De ti, de Harry, de Ron, de Malfoy y de todos!

— Así que es eso... ¿te molestamos, no?...

— ¡Si! Me ponéis nerviosa! Tú solo te interesas por mí cuando hago cosas raras. ¡Harry ya no habla conmigo! ¡Claro, te tiene a ti! Ron solo me habla para decirme que estoy rara. Pansy me hace la vida imposible... con sus miradas y sus comentarios. Malfoy me pone nerviosa, Zabini no para de tirarme los trastos... ¡y Luna está loca! Dejadme en paz todos! — Hermione se puso a llorar...

— ¿Es eso lo que de verdad quieres? ¿Que todos te dejemos en paz?... ¿o que te hagamos caso?... — Ginny salió por la puerta dejando a Hermione pensativa.

Verdaderamente lo único que quería era un poco de atención. Antes siempre iba con sus amigos y contaban con ella... pero ahora, Harry y Ginny encerrados en su mundo de felicidad. Ron y Luna tonteando siempre. Zabini la agobiaba lo mismo que Pansy... y Malfoy.. Malfoy hacía que se estremeciera con cada roce, cada caricia. Ella le había enseñado el placer de bailar y ahora sabía que Malfoy iba a utilizarlo... y ella no quería. No quería que le hiciera sufrir igual que lo hizo él... no quería que la utilizara.

Ginny fue a la habitación de Harry, allí el chico estaba sentado en su escritorio sin hacer nada, al entrar le empezó a dar un masaje en la espalda.

— Está rara... no sé qué le pasa, pero está rara...

— Lo se. He hablado con ella pero no quiere saber nada de nosotros, según ella... yo pienso que lo que quiere es que le prestemos un poco más de atención. Es verdad que desde que llegamos no le hemos hecho caso.... Y se encuentra sola... a demás los Slytherin la agobian y está un poco estresada...

Pasión [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora