Capítulo 5

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Encontrar información en internet sobre Dominic fue relativamente fácil. Solo bastó abrir el buscador de Google, teclear su nombre y obtener alrededor de nueve millones de resultados.

Primero saltó la página de Wikipedia, con imágenes suyas justo a la derecha. Por debajo aparecieron las mismas redes sociales y sugerencias de videos musicales que revisé con Solange. Entré de inmediato al primer resultado, esperando hallar cualquier tipo de información interesante.

Dominic era un cantante de pop punk y alternativo con una respetable trayectoria de no más de siete años. Comenzó a actuar desde los nueve en un par de series que no vi ni conocía, pero abandonó ese mundo poco después de entrar en la adolescencia. Estuvo casi cuatro años desaparecido de los medios hasta que regresó en la música.

Y no le fue nada mal.

Abandoné la Wikipedia antes de terminar de leer, pues consideré que aquellos datos eran demasiado básicos, obvios y aburridos. Dominic ya me había contado muy en breves sobre quién era y qué hacía, por eso necesitaba buscar más. Mi yo interno quería controversias, rumores, chismes.

Entré a su cuenta de Instagram para examinarla con minuciosidad, ya que solamente la conocí por la superficie cuando Solange me la mostró. Ahí estaban sus millones de seguidores y sus miles de likes.

Abrí la primera foto, que era de él en el buffet de este mismo hotel tan solo un par de días antes de que nos encerraran a los dos. Sonreía ampliamente junto al sujeto tatuado y de cabello muy corto que lo acompañó cuando nos conocimos. Ambos alzaban ligeramente sus botellas de cerveza.

En la descripción solo estaba el emoji de un corazón rojo. Junté las cejas con curiosidad cuando empecé a leer los comentarios, que también estaban llenos de corazones. Algunos de los que destacaban más decían cosas como: "Mi pareja favorita", "cásense", y "Domiliam es real".

Me senté mejor en la cama, acerqué el rostro a la pantalla de la laptop para ver si no había leído mal. ¿Qué insinuaban estas personas?

Antes de sacar alocadas conclusiones, busqué más fotos en su cuenta de Instagram que pudieran aclararme las ideas. Las siguientes que vi promocionaban sus canciones, otras más eran selfies ordinarias. Pero me confundí una vez más cuando llegué a una sesión de fotos donde él usaba vestidos negros y faldas cortas mezclados con cadenas, púas y plataformas gigantes.

¿El sujeto gritón que tan mal me hizo sentir posaba frente a la cámara con ropa de mujer? Al menos tenía unas piernas bonitas.

Los comentarios lo alababan. Incluso otros famosos decían que se veía fabuloso. Y si bien yo no estaba acostumbrada a ver en los hombres esa clase de estilos, admitía que en Dominic Kean las faldas lucían bien.

Solté un suspiro y agité la cabeza antes de que me invadieran más ideas precipitadas.

¿Él no es gay, o sí?

Yo estaba segura de que aquellas fotos no bastaban para concluir algo así. Con eso en mente pasé otro par de imágenes, hasta que me saltó una completamente inesperada que casi me hizo cerrar la laptop de golpe.

Dominic tenía una foto besando en la boca a ese mismo sujeto de tatuajes. Los dos traían colgadas sus guitarras al hombro y parecían estar dando un concierto en el momento en que se tomó la fotografía. Más comentarios explosivos como los que leí desde hacía rato.

Sentí un ligero rubor en el rostro que me trajo recuerdos de mi adolescencia, cuando me gustaba ver este tipo de cosas. Me palmeé ambas mejillas, agité la cabeza y abrí una nueva ventana para realizar una búsqueda enfocada en este tema.

El contagio que nos presentó [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora