Capítulo 24

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Dominic abandonó el tema después de mencionar muy en breves su intento de suicidio. Se limitó a llorar con el mayor de los silencios hasta que finalmente se tranquilizó.

Al principio pensé que el llanto había hecho que se quedara dormido, pero al alzar el rostro vi que seguía esforzándose en permanecer despierto por encima de su cansancio físico y mental. No le había sentado nada bien recordar su pasado en voz alta. ¿De verdad le había ayudado en algo? Solo él lo sabría.

Yo no pude decir nada, en especial porque no me salían las palabras. Un "lo siento" no arreglaba el pasado, un "te entiendo" era una mentira horrible, y un "todo está bien ahora" solo demostraría que hablaba desde mi propia comodidad. Igual que él, preferí mantenerme callada, aunque más pronto que tarde esa misma tensión hizo que abriera la boca por fin.

—Oye... —murmuré, encogida en mi sitio. Fui cuidadosa con cada una de mis palabras para que él no pensara que su historia me importaba poco. Lo único que quería era que se despejara en serio, lejos de sus tormentos—, acabo de recordar que no he escuchado tu lista de Spotify.

—Oh, es cierto. —Se secó las lágrimas con el dorso de la mano y trató de incorporarse para buscar su celular.

Lo detuve poniéndole una mano en el pecho, obligándolo a retroceder. Le dije que yo buscaría sus auriculares y su teléfono para que se mantuviera quieto en la cama. Señaló su escritorio para que hallara los AirPods; él por mientras abrió la aplicación y buscó la playlist Amor.

Volví tan pronto como pude, manteniendo los ánimos por los dos. Su rostro continuaba muy enrojecido, pero al menos intentaba sonreírme. Conectamos los AirPods, cada uno se colocó el suyo en la oreja y al final nos recostamos cómodamente en la cama, volviéndonos a abrazar como al principio.

Dom bajó la luz de la lámpara del buró, sumiéndonos bajo una luz muy tenue y cálida. Sin decirnos nada, reproduje la primera canción de la lista, solté un pequeño suspiro y cerré los ojos igual que él. Presté atención a las melodías, a las letras y a todo lo que Dom quiso decirme a través de toda la música que le recordaba a mí.

"Layla" de Eric Clapton, "Dumb" de Nirvana, "Follow you" de Bring me the horizon, "Present tense" de Radiohead. Hasta añadió a otra "Layla" de The Gazette, una agrupación japonesa que me gustó mucho durante mi adolescencia.

No conocía casi a ninguna de las bandas de la lista, pero durante ese corto rato que pude quedarme despierta al lado de Dominic, aquellas canciones adquirieron un significado importante para mí y nuestra relación. Quizás me arrepentiría en el futuro, quizás nunca podría volver a disfrutarlas yo sola, pero no podía ignorar todo lo que representaban esas canciones para Dom.

Muchas pedían disculpas, otras mencionaban locura de amor y felicidad.

Sonreí de manera inevitable con algunas frases, revisé el título de las canciones que más me gustaron y las memoricé tanto como pude para que llegando a mi habitación las descargara en la computadora.

Lastimosamente, no pude oír la lista completa, pues me quedé dormida junto a Dominic luego de luchar juntos contra el sueño. Él cayó primero a causa de un inevitable cansancio, así que me quedé disfrutando en soledad lo que él tanto me quiso mostrar.

Me hubiera encantado que durmiera tranquilo después de haberse hecho daño de nuevo, pero en las facciones de su rostro siguió abundando la intranquilidad. Incluso su barbilla temblaba en sueños.

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El contagio que nos presentó [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora