7: Advertencias

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Kakashi y Asuma llegaron al complejo Hyuga, tocaron la puerta esperando que alguien saliera abrir.

— Gracias Asuma, pero si quieres puedes irte.

— No, esto se ve interesante. ¡El gran Kakashi Hatake, en el complejo Hyuga! tengo curiosidad... —frotó su barbilla.

Kakashi volvió a tocar la puerta, en eso un joven salió he hizo una reverencia.

— ¡Buenas tardes, necesito hablar con el señor Hyuga!

— ¿De parte de quién? —preguntó el joven.

— ¡Kakashi Hatake!

— ¿Hatake? —El joven lo quedó viendo un poco nervioso— iré a avisarle al señor, a ver si lo puede atender. —se fue rápidamente y cerró la puerta.

— Jajaja, parece que hasta en el complejo Hyuga conocen tu fama. —mencionó Asuma.

— Ni que fuera una fama tan buena. —dijo Kakashi mirando hacia otro lado.

— Bueno, pero parece que has cambiado... y me imagino que es gracias a ese niño. ¡La verdad me sorprende, que mi padre... quiero decir, el tercer Hokage, te haya permitido estar cerca de él!

—Jejeje... —Kakashi rió un poco nervioso.

— Espera, ¡no te lo permitió! ¿verdad?

— Digamos que no... ¡Pero por favor no le menciones nada!

— Jajaja... ¡Está bien! ¡No puedo creer que el gran Kakashi, esté rompiendo las reglas! —Rió a carcajadas, palmeando el hombro de Kakashi, quién sólo arqueó una ceja— a todo esto... ¿puedo saber la razón, por la que estás aquí?

— Sólo diré, que se trata de Naruto. —mencionó él, en ese momento el joven volvió a aparecer, abriendo la puerta— ¿podrán atenderme?

— Sí claro, señor Hatake. ¡Pase adelante!

Kakashi entró junto a Asuma, el complejo Hyuga se veía tan grande y limpio, con una decoración bastante formal, caminaron por los pasillos hasta que llegaron a una habitación. El joven abrió una puerta, era un dojo, en el centro estába el líder del clan Hyuga, sentado en el suelo tenía una mesita, en frente tomaba un té.

— Muy buenas tardes, joven Hatake. ¿A qué debo su visita?

— Buenas tardes, señor Hyuga. Iré directo al grano, vine porque necesito pedirle algo.

— Dígame en qué puedo ayudarle...

— Necesito que permita, la amistad de Naruto y Hinata.

— ¿Naruto? —el señor Hyuga se quedó pensativo un momento— ¿se refiere al conocido como niño bestia?

— Sí... —dijo Kakashi entre dientes, apretando sus puños— pero déjame aclararle algo, Naruto no es una bestia.

— Bueno, él no... —dijo el señor Hyuga, manteniendo la serenidad— ¡pero lo que tiene adentro sí!

— Sí, ¡pero está bien sellado! y hasta ahora, no a habido problemas, ¡ni los habrá! ya que el sello fue hecho por el cuarto Hokage, ¡es irrompible! —recalcó Kakashi, Asuma sólo puso sus manos en los hombros de kakashi, cómo señal para que se calmara, ya que se notaba que empezaba a perder la paciencia.

— Bueno, aún así... ¡lo siento, pero no puedo permitirlo! no arriesgaría a mi hija.

— ¡Ella no corre ningún riesgo, por estar cerca de Naruto!.

— ¿Cómo puedo estar seguro de eso? además, no quiero que mi hija tenga malas influencias. ¡Ella es la próxima heredera del clan, necesito que tenga carácter, que sea inteligente, fuerte, decidida y que sepa ordenar sus prioridades! ¡no quiero que ande por ahí, paseándose en la aldea, haciendo travesuras y descuidando sus entrenamientos!

Yo seré tu guardián.  (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora