8: En las sombras

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Después de las advertencias por parte del Hokage, Kakashi no tuvo de otra que aceptar seguir trabajando en ambu y concentrarse en las misiones. Así fueron pasando los meses, Naruto ahora se había convertido en un problema, o eso decían los aldeanos, una noche mientras Kakashi regresaba de una misión, quedó observando su casa desde afuera. Las paredes y el techo estaban todas manchadas de pintura.

- ¡Ay Naruto! -rascó su cabeza observando aquel desastre- quisiera ir y darte una reprimenda, para que así dejes de hacer estas travesuras, pero no puedo...

Él se acercó hasta la puerta dando un suspiro, pero al abrirla un balde de pintura cayó sobre su cabeza.

- ¡¡¡Narutoo!!! -el grito de Kakashi se pudo escuchar a lo lejos.

Luego entró a la casa, y se preparó para darse un largo baño, a ver si lograba quitar aquella pintura de su cuerpo.

Unos días después Kakashi caminaba por las calles de la aldea, rumbo a la oficina del Hokage, mientras iba con su libro en mano, se encontró a dos hombres que llevaban consigo unos baldes.

- ¡¿Porque siempre tenemos que limpiar sus desastres?! ¡ese mocoso sólo da problemas!

- Así es, El Hokage debería hacer algo para controlarlo.

- ¡Sí! de hecho escuché, que varios tenderos en estos momentos se encuentran en la oficina, quejándose. ¡ojalá esta vez sí recibamos respuesta!

- Eso espero, ese mocoso debería estar confinado en alguna celda.

Kakashi cerró su libro y apretó su puño con molestia, pero se contuvo. Mejor corrió lo más rápido posible hacia la torre Hokage, saltando por los edificios, al llegar desde la puerta de la oficina escuchó los bullicios de aquellos hombres.

- ¡¡Ya estamos cansados!! ¡apenas terminamos de limpiar nuestras tiendas y a los momentos ya están todos los techos y paredes manchados!

- ¡Sí, ese mocoso sólo se la pasa haciendo travesuras! ¡debería hacer algo!

- Ya les dije que estoy en eso. -respondió tranquilamente el Hokage- incluso Naruto, ya está inscrito en la academia.

- Según lo que oí... -un hombre se paró enfrente de los demás- El mocoso sólo asistió un día a la academia y no volvió, además, tampoco no nos parece bien que esa bestia asista a la academia, ya que pone en riesgo a los demás niños.

- Naruto es sólo un niño. -mencionó el Hokage.

- ¡Ese monstruo no es un niño! ¡y debería estar confinado en una celda lejos de la aldea!

- Claro que es un niño. -Kakashi entró a la a la oficina- y lo que necesita, es un buen tutor que lo instruya y le dé un par de nalgadas para que se comporte.

- ¡Como si alguien quisiera hacerse cargo de una bestia como él! -dijo uno de los hombres cruzándose de brazos.

- ¿¿¿Como dijo??? -Kakashi apretó sus puños, en eso el Hokage fingió toser interrumpiendo.

- Bueno señores, ¡pueden retirarse! tomaré en cuenta sus quejas. -Aquellos hombres uno a uno salieron de la oficina- cuando se trata de Naruto, parece que te es muy difícil controlarte.

- Sabe que si estuviera a cargo de él, esto no estaría pasando.

- Kakashi ya hemos hablado del tema, no puedo darte la custodia de Naruto.

- Pues aunque sea permítame hablar con él, yo lo convenceré para que entre a la academia, y deje de hacer travesuras.

- ¿En serio crees que podrás lograrlo?

Yo seré tu guardián.  (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora