Yo seré tu guardián. (Pausada)

17: Vamos por los cascabeles

Naruto caminaba al campo de entrenamiento mientras bostezaba, el sol aún no había salido, al llegar al lugar sus compañeros de equipo ya estaban ahí.

— ¿Dónde está? —preguntó molesta la pelirrosa.

— ¿Dónde está quién? —preguntó Naruto tranquilamente.

— ¿Cómo que quién? ¡Nuestro sensei! ¿Dónde está?

— Y Yo que voy a saber... —dijo el rubio sentándose en el pasto.

— ¿¡Qué no dijiste que es tu tío papá!?

— Sí, pero eso no quiere decir que vivimos en la misma casa. —El rubio se tiró acostado en el pasto— él siempre llega tarde, así que es mejor que se acostumbren... —dijo bostezando.

Los rayos de sol empezaron ya a calentar el lugar mientras los minutos corrían.
A las horas el peliplata apareció enfrente de los adolescentes.

— ¡Muy buenos días a todos! —Dijo Kakashi saludando a los adolescentes.

— ¡¡Oiga llegó tarde!! —dijo la pelirrosa.

— Lo siento, me encontré un gato negro en el camino y tuve que tomar el sendero largo.

— Como si alguien se fuera a creer eso... —murmuró Naruto.

— Bueno vamos a comenzar —sacó dos pequeños cascabeles de su bolsillo— Bien, verán la prueba consiste en que me quiten los cascabeles y si no lo logran volverán a la academia.

— pero sensei sólo son dos y nosotros tres, eso significa que...

— así es, eso significa que uno de ustedes volverá a la academia. —los tres chicos quedaron viendo sorprendidos— tienen hasta el mediodía, y si de verdad quieren lograr tomar uno, tendrán que venir hacia a mí con intención de matar, bueno ¿listos?

— yo no volveré a la academia! —Naruto sacó un kunai y corrió hacia Kakashi, pero ésto se movió rápido y apareció atrás de él.

— Aún no he dicho que comiencen. Pero bueno me atacaste con intención de matar, aunque parece que no has cambiado nada, sigues siendo el mismo niño impulsivo, creo que ya te lo había dicho, nunca te apresures atacar a tu enemigo.

— Sí sí como sea... —dijo Naruto sobando su brazo después que Kakashi lo soltó.

— ¡Bien! ¡Ahora sí, comiencen !

los tres chicos desaparecieron de la vista de Kakashi o al menos eso pensó él.

— ¡Bien, acabemos con esto aquí y ahora! ¡Te mostraré que no sigo siendo un niño y te quitaré uno de esos cascabeles!

— Ay no puede ser... —Kakashi suspiró— ¿escuchaste lo que te acabo de decir? Bueno, si eso es lo quieres. —Kakashi sacó un libro de su bolsillo.

— ¡Qué! ¿¡Leerás uno de tus cochinos libros mientras luchamos!?

— ¿Tienes algún problema?

— ¡Si! ¡Quiero que me tomes en serio! ¡Si estás leyendo esa cochinada mientras luchamos, es porque me subestimas!

— Si no quieres que te subestime, muéstrame de qué eres capaz y por cierto, no son cochinadas. —Respondió él mientras seguía leyendo aquellas páginas.

— ¡Claro que lo son! Lo sé porque un día leí uno, junto a Hinata... —Inmediatamente Naruto se tapó la boca.

— ¿Qué tú qué?

— ¡Pues es tu culpa! ¡Dejas tus libros a la vista! —Volteó a ver hacia otro lado.

— No puedo creerlo... ¿En serio le mostraste uno de mis libros a Hinata?