La aldea de Konoha se veía totalmente adornada, por las flores que crecían, la primavera era una de las estaciones más hermosas, todo era alegría en la aldea a excepción para un niño, quien siempre que caminaba por las calles era mal visto por todos los aldeanos, sólo escuchaba los rumores. El pequeño trataba de ignorarlo pero a veces era muy difícil.
— Miralo, ¡Ahí va el mocoso ese, no devería andar libremente! —le mencionó una señora a otra.
— ¡Si, a mí me da miedo sólo verlo!
Al escuchar aquellas palabras, el pequeño Naruto se fue corriendo, huyendo lo más pronto posible, hasta que llegó al bosque. Con su pequeño puño empezó a golpear a un árbol, hasta que sus manos le empezaron a sangrar, limpió algunas lágrimas que amenazaban por salir, pero luego entre los arbustos escuchó un leve llanto, se acercó lentamente.
— ¡Hinata! —vió a la pequeña niña acurrucada, escondiendo su cabeza entre sus piernas.
— Na... Na... Naruto —ella se limpió las lágrimas.
— ¿Por qué lloras? —El pequeño Naruto se acurrucó enfrente de ella.
— Mi mamá... extraño a mi mamá... —mencionó la niña entre llanto.
— ¿Y dónde está tu mamá? —preguntó el inocentemente.
— Murió hace unos meses... después de que nació mi hermanita, ella se enfermó.
— Lo siento mucho, Hinata. —Naruto se acercó y la abrazó— yo nunca conocí a mi mamá, pero aun así me imagino cómo te sientes, pero no tienes por qué llorar, tú tienes a tu papá y dices que también una hermanita.
— Lo sé, pero desde que mi mamá murió... papá ha cambiado mucho, Ahora sólo le interesa que entrene, y yo no quiero entrenar... —dijo la pequeña mientras las lágrimas salían.
— ¿Y por qué no le dices, que no quieres entrenar?
— Ya le dije, pero me castigó... dice que soy la heredera del clan... y tengo que volverme fuerte, debo dedicarme sólo a mis entrenamientos.
— Lo siento mucho... —El pequeño abrazaba a la niña, que seguía llorando— ¡tengo una idea! ¡vamos! —Naruto se levantó y llevo de la mano a Hinata.
— ¿A dónde vamos? —preguntó ella limpiándose la cara con su otra mano.
— ¡Vamos a hacer una obra de arte! —dijo él sonriendo— ¡así te animaras un poco! Es lo que yo hago cuando me siento triste.
A los minutos, Naruto junto a Hinata llegaron a la casa de Kakashi. Naruto empezó a buscar entre unos arbustos.
— ¡Todavía están aquí! seguramente, él no ha regresado en algún tiempo... —dijo el pequeño, sacando unas latas de pintura que había dejado escondidas— Bueno, vamos a decorar la casa de Kakashi. —mencionó sonriendo maliciosamente.
— ¿Estás seguro que hagamos esto? ¿no se molestará? —la pequeña volteó a ver hacia todos lados.
— No... Bueno, sí se molesta, no va a hacer nada. Además hace mucho que no lo veo... —Naruto sólo agachó la cabeza— La última vez le dije que lo odiaba... —se acercó a las paredes y empezó a pintar— ¡vamos Hinata! ¡hay mucha pintura, toma una brocha y pinta lo que quieras!
— Está bien. —Hinata tomó una pequeña brocha, la unto de pintura Blanca, empezando a formar unas flores en la pared.
Los pequeños reían, mientras seguían pintando toda aquella pared, de pronto Naruto tropezó y se cayó derramando una lata de pintura blanca.
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Yo seré tu guardián. (Pausada)
FanfictionDespués de la muerte de Minato y Kushina, Naruto queda solo y marginado, por llevar en su interior al zorro de las nueves colas. Kakashi, un joven Ambu decide cuidar de aquél pequeño, que resulta ser el hijo de su sensei, aúnque para eso, tiene que...