CAPITULO 9

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-¡En verdad, nunca vas a cambiar, ¿no es así?!- Podía escuchar cómo, al otro lado de la puerta, el señor Jeon le gritaba a Jungkook. Nos estaba esperando cuando llegamos a casa.

-¡No estábamos haciendo nada malo! Al contrario, estábamos intentando llevarnos bien, como tú siempre has querido, así que deja de joderme, ¿quieres? - Pude escuchar cómo golpeaban algo al otro lado. Jungkook se exalta mucho más de lo normal cuando discute con su padre.

-¡Si sigues así, vas a lograr que te lleven a la cárcel y no vas a poder salir! -Se puede escuchar la típica risa sarcástica que Jungkook hace cuando algo no le agrada- ¡¿Tú esperas que te crea eso, Jungkook?! Hiciste que le diera un ataque de pánico en medio de un restaurante. ¿Por qué no solo lo dejas en paz? ¿Qué te ha hecho ese pobre chico? ¡Dime!

-¡Fue un maldito accidente! Quiero largarme de aquí para no ver tu maldita cara otra vez en mi vida. En verdad, me da asco ser hijo de alguien tan inútil como tú.- Se escuchó un golpe al otro lado.

-¡Ya no voy a tolerar tus faltas de respeto, Jungkook! ¡Es suficiente!

-¿Acabas de golpearme? En verdad que eres...- Tenía el presentimiento de lo que iba a pasar y no era buena idea dejar que sucediera, así que decidí entrar a la habitación. Como sospechaba, Jungkook estaba a punto de golpear a su padre. ¿Qué le pasa? Odio cuando pierde la razón.

-Jungkook, detente, ¿qué haces? Es tu padre. -Cuando escuchó mi voz, juntó su mirada con la mía y me acerqué a él para sujetar su brazo. -Suéltalo, ya es suficiente. No hagas algo de lo que te vas a arrepentir luego. -Volvió la mirada hacia su padre, que obviamente tenía una expresión de sorpresa en el rostro. Luego volvió a mirarme y, sin decir una palabra, se fue. -Lo siento, señor.- Sentí que debía decirlo y salí tras él. Estaba enojado y, por mi experiencia, nada bueno sale de eso. Lo vi entrar a su habitación y cerrar la puerta de un golpe. Me cuestioné si debía entrar, pero cuando escuché un gran golpe, no lo dudé ni un segundo; solo abrí la puerta. Cuando lo hice, no lo vi por ningún lado, así que fui al baño y lo que vieron mis ojos no me gustó nada. Había pedazos de vidrio por todos lados, el espejo estaba roto y en el piso estaba Jungkook, con las manos sangrando otra vez y con un corte en la mejilla. Me acerqué corriendo donde él estaba. -¿Qué hiciste, Jungkook? Mira cómo estás, ponte de pie, estás sobre todos los vidrios.- Intenté levantarlo, pero se quitó de mi agarre.

-Jimin, ya no intentes ayudarme, solo aléjate de mí, es lo mejor para ti. -No me miró en ningún momento mientras lo decía; siempre tuvo la mirada hacia abajo.

-Dime, ¿qué ganas con decirme eso si sabes que no puedo hacerlo? Sabes que no puedo alejarme de ti. -Fue en ese entonces cuando puso su mirada en mí y yo me senté a su lado.

-Te puedes cortar. ¿Qué haces? -Yo lo ignoré y tomé un pedazo de vidrio entre mis manos. -Suelta eso ahora, Jimin, esto no es un juego. -Intentó quitármelo, pero no lo dejé.

-Cada vez que te lastimes así, yo también lo haré. -Pasé el vidrio por mi mano; me ardió cuando hizo un pequeño corte y él puso su mano sobre la mía.

-Jimin, no hagas estupideces, dame eso. -Me quitó el vidrio de entre las manos y ahora tenía su sangre mezclándose con la mía.

-No voy a permitir que te hagas daño cada vez que te enfadas así.- Estaba enojado por lo que acabo de hacer, pero no me dejó opción.- ¿Recuerdas que hablamos de esos chicos?- Desvió su mirada apenas los mencioné.

-Jimin, te dije que no quería hablar de ellos. Te dije que debe ser coincidencia y que no deben ser las mismas personas.- Cuando íbamos a hablar de esto en la playa, la conversación terminó en discusión, como siempre, y casi no hablamos nada porque él no quiso.

Atado a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora