CAPITULO 17

744 59 49
                                        

El día de su boda se acercaba, y los hombres de su padre nos perseguían por todos lados. Después de ese día, Jungkook no había vuelto a ver a su padre, pero a casa llegaban muestras de invitaciones de boda, flores y decoraciones, con lo que ese hombre quería darnos a entender que la boda seguía en pie y era algo que se llevaría a cabo.

Desde que todo esto había sucedido, solo habían habido discusiones y más discusiones. Ambos estábamos muy irritados por esto, lo que provocaba que rozáramos. Al principio hablábamos de las cosas y nos disculpábamos cada vez que nos equivocábamos, pero luego, arreglarlo en la cama se volvió nuestra solución . Cada maldita vez que discutimos, nuestra solución es tener sexo, porque en verdad ya no podría llamarlo hacer el amor. Lo cierto es que ya no es como antes, no se siente igual. En verdad, nada entre nosotros es igual. Siento como si aquella noche algo se hubiese roto. No digo que no lo ame, porque lo amo con todo mi corazón, y es por eso que me duele tanto ver en qué se ha convertido nuestra relación. No me gusta estar así; yo solo quiero volver a ser como antes de esa noche. Quiero volver a sentir que me ama.

Todo se había vuelto tan frío desde ese día, que él ya no es el mismo; parece que no me quiere cerca. Puedo sentirlo por la forma en la que me evade cada vez que quiero tocarlo. Quizás lo que dijo aquella noche era cierto; quizás solo debería irme de su vida y dejar de complicársela, pero no puedo hacerlo. Todas las noches tengo pesadillas en las que ellos me recuerdan que no puedo hacerlo, que no puedo dejarlo. Me hacen recordar que no puedo vivir sin él, que lo amo tanto que mi pecho arde.

Desperté aquella mañana y, como de costumbre, no estaba en la cama. Me levanté y en la entrada había un sobre que habían deslizado bajo la puerta. Lo tomé para abrirlo y adentro había un lindo sobre blanco con mi nombre escrito afuera en un diseño dorado. Cuando lo abrí con cuidado, de adentro saqué una invitación; era la invitación para la boda. No era ninguna de las que nos habían enviado como muestra; creo que la había elegido ella. Cuando vi la fecha, sus nombres y el lugar, me di cuenta de que no hay manera de escapar de esto. Le había dicho que nos fuéramos de aquí, pero él insiste en que no es necesario porque él no se va a casar. No entiende que no hay salida. Me acerqué a él, que estaba en el balcón, perdido en sus pensamientos.

-Me llegó la invitación a tu boda. -Cuando me escuchó llegar, se dio la vuelta para poder mirarme.

-¿De qué hablas? -Su expresión cambió de un momento a otro a una de enojo.

-Tiene mi nombre escrito en unas lindas letras doradas. -Agité el sobre que estaba en mi mano.

-Ese hijo de puta, ¿cómo se atreve a mandarte una invitación? -Se acercó a mí y me arrebató el sobre de la mano para romperlo en miles de pedazos.

-No porque lo rompas, esto se va a desaparecer, Jungkook... -Cuando me escuchó decir eso, dejó de hacer lo que estaba haciendo y posó su mirada en mí.

-Aquí vamos de nuevo... ¡¿Acaso no puedes ser un poco más positivo?! -Subió la voz y tiró lejos los pedazos que quedaban de la invitación.

-¡Lo intento, sabes, pero es un poco difícil cuando prácticamente me invitaron a ver cómo te vas con otra persona! -Aquí vamos otra vez, vamos a discutir.

-¿Por qué simplemente no me dices que te aburriste de esto y que quieres que me case con ella? ¡Deberías dejar de ser un cobarde y aclararme las cosas de una maldita vez! -Sus gritos se elevaron y se acercó más a mí.

-¡Claro, he soportado toda esta maldita humillación y todo este dolor porque me importas una mierda! -Los ojos empezaron a arderme de rabia.

-¡¿Crees que eres el único que sufre?! ¡No todo no gira alrededor de ti! -Me sujetó del cuello de la camisa y me atrajo más hacia él.

Atado a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora