Atado a ti

CAPITULO 2

¿Por qué mierda tiene que meterse en lo que no le importa? No hace más que estorbar. Mejor debería desaparecer de una vez, no sé por qué no solo se dedica a hacer sus cosas de niña y me deja en paz. Si no fuera por la amenaza de mi padre de que si me voy de aquí bloquearía todas mis tarjetas, ya no viviría con todos estos idiotas. Tomé mis cosas y salí de esa cárcel, mi mano sangraba, pero no iba a morir; solo la envolví en un trozo de gasa. Necesito alcohol, eso curará todo. Me fui a la misma discoteca de siempre y me emborraché hasta quedar rendido. Mis amigos, obviamente, estaban ahí. Una chica de bonitas facciones me invitó a bailar, cosa que, obviamente, no rechacé. Íbamos a ir a otro lugar, pero no ahí. No hay cosa que enfade más a mi padre que lleve chicas a casa, pero como me importa un carajo su opinión, obviamente lo hice. La llevé a casa e intenté hacer el mayor ruido posible cuando llegué para asegurarme de despertarlos. Llegamos a tropezones a mi habitación. Sentí sus labios sobre los míos en un momento, el alcohol en mi cuerpo me hizo devolvérselo. Caímos sobre mi cama y no fue hasta que estaba debajo de mí y la miré a los ojos para seguir besándola, que la imagen de alguien más se apareció en mi mente, esa persona de mi sueño, la cual no podía ver su rostro. No pude evitar alejarme cuando eso pasó. Me paré lo más rápido que mi estado me lo permitió.

-¡Fuera de aquí! - Le dije a la chica, ella no tenía idea de lo que pasaba y yo tampoco.

-¿Qué pasa? ¿Hice algo que te molestara? Porque... - No la dejé siquiera terminar.

-¡Te dije que te fueras! - Grité y ella se espantó. Tomó sus cosas y salió de la habitación.

Grité bastante fuerte, así que si las personas de esta casa no despertaron cuando llegué, de seguro que ahora lo hicieron. Me quedé en mi lugar mirando un punto fijo. Estaba intentando descifrar lo que acaba de pasar, porque no tengo ni la puta idea de qué fue todo eso. Nunca antes me había pasado esto, solo lo veía en mis sueños, ¿por qué mierda me persiguen? No pasó mucho para que tocaran la puerta. ¿Por qué escogen joderme en el peor momento?

-¿¡Quién mierda es y qué quiere!? - Respondí al llamado bruscamente mientras me levantaba a abrir la puerta.

-Soy yo y quiero saber qué fue lo que acaba de pasar, abre - Escuché la voz del pesado de mi padre, quien llamaba. Le abrí lo suficiente para poder verlo por el hueco de la puerta. - ¿No vas a dejarme entrar?

-No es necesario que pases, dime lo que quieres y largarte - Dije mientras empujaba su pie con el cual había intentado abrir más la puerta.

-Explícame qué fue eso y qué te he dicho de traer chicas a casa - Mis ojos se pusieron en blanco y él puso esa cara que cree que intimida.

-Respuesta a lo primero, no te interesa y respecto a lo segundo, me importa una mierda cada orden que salga de tu boca - Le regalé una sonrisa para luego cerrarle la puerta en la cara. No me interesaba seguir escuchando sus estupideces y le volví a poner el seguro.

-Jeon, no he terminado contigo. ¡Abre la puerta! - decía mientras la golpeaba fuertemente.

-¡Anda a joder a tu otro hijito o a tu mujer y déjame en paz! - Grité para seguidamente ponerme mis audífonos, prender un cigarrillo y lanzarme a la cama. Con todo lo que pasó, ya estaba sobrio. No pensaba seguir escuchando sus gritos vacíos. Se le cansará la garganta de gritar y los brazos de golpear la puerta en algún momento. Me pregunto cuándo podré librarme de él y de todo lo que sobra en mi vida. Quiero alejarlos a todos, no necesito a nadie. Quiero que desaparezcan y me dejen en paz. Me gustaría estar en una isla solo, sin nadie que me estorbara, sin nadie que estuviera diciéndome qué hacer, sin nadie que se esté colgando de mí por interés, sin nadie que pueda abandonarme, sin nadie que me joda la maldita existencia, sin esas pesadillas. Un lugar en el que pueda respirar en paz, pero no creo que eso pase a no ser que muriera y volviera a nacer. Creo que jamás podré alejarme de este maldito bucle de tiempo.