Atado a ti

CAPITULO 16

Desde esa noche, Jimin ha actuado diferente. Intenta que no lo note, pero lo conozco tan bien que no puede ocultarme nada. Aún se asusta por mi contacto a veces, pero solo han pasado dos días. No puedo esperar a que sane tan pronto porque yo no lo he hecho. Aún me duele no haber estado ahí para él y creo que siempre me dolerá. Mi padre ha estado muy tranquilo y eso me está preocupando porque lo conozco y sé que es capaz de atacar por la espalda. Sé lo que es capaz de hacer y no quiero que le haga algo a Jimin o que quiera manipularlo. A él no lo vuelven a tocar nunca más, porque me aseguraré de que pague quien quiera que sea.

Me desperté esta mañana y él ya no estaba a mi lado, pero ha hecho lo mismo los días pasados, así que me levanté y me puse en camino al baño. Ahí me lo encontré, recién duchado, mirándose en el espejo para ver si las marcas de su cuerpo ya habían desaparecido. Mi corazón se parte al ver esas marcas en su cuerpo, al saber que alguien lo dañó así. Me sintió llegar y me miró por el espejo, para luego regalarme una hermosa sonrisa de esas que me encanta ver al despertar. Por su rostro, pude darme cuenta de que no había dormido nada otra vez; había estado teniendo más pesadillas de lo normal sobre el pasado y eso lo tenía muy mal. La sensación que me produce en el pecho cuando veo sus ojos tristes y cansados es intensa. Me gustaría poder hacer que se olvide de todo, me gustaría poder sanar lo que le causó lo que vivió aquella noche.

Me adentré un poco más en el baño y le devolví la sonrisa que me había regalado. Me acerqué lo suficiente para poder sentir su dulce aroma, pero sin llegar a tocarlo. En verdad, ya no sé si quiere que lo haga; debe sentir remordimiento porque todo lo que le pasó fue por mi culpa.

-¿Qué haces ahí? ¿Por qué no te acercas? - Estos días me he mantenido alejado, al margen, para que no se sienta incómodo, porque cada vez que intentaba tocarlo, se asustaba.

-Nada, solo quería saber si estabas bien. Voy a ir a preparar el desayuno... - Me di vuelta, dispuesto a salir por esa puerta. No fue hasta que escuché lo que salió de sus labios que supe lo idiota que había sido.

-Es por lo que pasó, ¿verdad? Por eso no quieres tocarme... porque te doy asco.- Me detuve en seco y me di la vuelta enseguida para volver a acercarme a él.

-Jimin, ¿qué crees que estás diciendo...?- Lo tomé por los hombros, pero él evitaba mirarme.- Mírame, pequeño... no te escondas de mí.- Levanté su mentón con suavidad, hasta que sus ojos, llenos de miedo, se encontraron con los míos.- No digas eso nunca más en tu vida, ¿me oíste? Como puedes pensar que me das asco, cuando lo que te sucedió fue culpa mía. Si ellos te hicieron daño, fue por mi culpa, y yo no quise tocarte porque sabía que estabas asustado. Quería darte tu espacio, y además, sentía que no querías que lo hiciera... Solo pensé que necesitabas tiempo para perdonarme.- La picazón en los ojos y la garganta ya se había hecho presente.- El hecho de que luchaste tanto para defenderte hasta el último momento, y yo dejé que te lastimaran, me hace sentir que quiero morir...- La primera lágrima se resbaló por mi mejilla, así que decidí bajar la mirada. Pude escuchar su sollozo.

-¿Qué dices, Jungkook? ¿Cómo puedes pensar que te culpo por lo que esos malditos me hicieron? ¿Cómo puedes pensar que alejarme de ti y de tus caricias es lo mejor? Yo no necesito perdonarte nada. ¿Cómo puedes llegar a pensar que no quiero que estés cerca de mí y que no quiero tus caricias? ¿Cómo puedes decir que quieres morir? En tu vida vuelvas a repetirlo, ¿me oíste? No quiero escuchar la palabra muerte de tus labios nunca más...- Alcé la vista para mirarlo y noté que su rostro estaba empapado por las lágrimas y sus labios temblaban.

- Oye, está bien, lo siento... - Lo abracé con fuerza, envolviéndolo entre mis brazos. - Lo siento, no volveré a mencionarlo... de verdad lo siento, pequeño.- Pude sentir su suspiro mientras pasaba mi mano por su cabello.