CAPITULO 20

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Cuando entré a ese lugar, nunca pensé encontrármelo a él, a esa persona que extrañaba con el alma, a esa persona que me rompió en mil pedazos y que solo él podría volver a unir, a esa persona que amo con todo mi corazón, a esa persona que es mi vida, a esa que me hacía falta para respirar, al amor de mi vida. Verlo ahí, después de tanto tiempo, ver su carita y su sonrisa que, lamentablemente, se la estaba dando alguien más. Alguien que lo tenía sujeto por la cintura, alguien más que reía con él, y ese alguien no sé quién es, ni quién es en su vida. El miedo de que sea a quien ahora le dice 'te amo' y a quien sus labios besan me hace querer llorar. Que actuara tan normal al verme me dolió; me dolió pensar que ya no le importaba, que él sí había podido superarme y había seguido con su vida. Cuando lo vi salir por esa puerta, dudé en seguirlo porque los periodistas me habían estado siguiendo, pero me importó tan poco cuando me di cuenta de que si dejaba que pasara por esa puerta y se fuera sin más, lo estaría dejando escapar otra vez. Iba a perderlo, y no podía permitir eso después de haberlo buscado por tanto tiempo.

Dije cosas hirientes y él me las dijo de vuelta. Él creía cosas que no eran ciertas debido a mis estúpidas palabras que habían llegado a sus oídos. Pero cuando me dijo eso, exactamente en ese momento pensé que ya estaba todo terminado, que habíamos perdido el juego, que era el fin. 'Ya no te amo'. Eso llegó como un balde de agua fría; sus frías y seguras palabras me hacían creerlo, pero sus bellos ojos no. Ellos me decían otra cosa. Cuando volví a sentir sus labios, fue un sentimiento tan inexplicable, una mezcla de nostalgia, amor y deseo. Al sentir sus labios otra vez, cuando pensaba que nunca lo haría más en la vida, fue algo maravilloso, algo que me hizo llorar, algo que me devolvió el aire.

Pensé que lo había logrado, pero no fue así. Esas malditas palabras seguían saliendo de su boca, y aunque intentara hacer oídos sordos, seguían ahí. La idea de volver a perderlo, ahora que lo tengo aquí frente a mí, y lo único que quiero es abrazarlo para no volver a soltarlo nunca más, me hace sentir una presión tan grande en el pecho. Pero, aunque me duela el alma y no quiera creerlo, si él ya no me ama como dice hacerlo, no puedo seguir manteniéndolo a mi lado. La herida nunca se cerrará después de esto y solo sufriré más. Pero si voy a perderlo para siempre, necesito un día más para crear una fantasía con la que poder seguir viviendo, la cual usaré como aliento para no ahogarme, como un aferro para no desmoronarme para siempre.

Yo envié un mensaje a Rose diciéndole que volviera al hotel, que la recogería mañana por la mañana para volver a casa, y él hizo una llamada al que parecía ser el chico con el que estaba cuando llegué.

- Estaré bien, no te preocupes... sí tomaré mis medicamentos... nos vemos mañana, está bien... te quiero mucho. Adiós.- Colgó la llamada y caminó hacia mí; antes se había alejado para hablar.

- ¿De qué medicamentos hablas? - Fue lo primero que le pregunté cuando llegó a mi lado.

-Unos que debo tomar... nada importante.- Dio unos pasos hacia adelante cuando se dispuso a caminar, pero yo no dejé que siguiera. -¿Qué pasa contigo?

-Dime de qué medicamentos hablas, porque, como muchas cosas que han salido de tu boca hoy, eso de que no es importante me parece mentira. -Se soltó de mi agarre y se paró frente a mí.

-No necesito darte explicaciones de nada... -Desvió su mirada y usó un tono denso al hablar.

-Claro que sí, porque estoy preocupado por ti. Y si no fueran medicamentos importantes, entonces solo lo dirías... -Utilicé el mismo tono que él; no voy a permitir que se comporte así.

-Son para la depresión, ¿feliz? -Me dolió como no tienen idea. Mierda, me arrepiento tanto de lo que dije antes. -Ahora solo déjame en paz.

-Lo siento... -Lo abracé con fuerza. -Perdóname de verdad. -Él solo se quedó ahí, inmóvil, sin hacer nada.

Atado a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora