Atado a ti

CAPITULO 14

Cuando vi la pantalla de ese teléfono, mi corazón se detuvo y en mi mente empezaron a correr todas esas imágenes que hacen que mi corazón se desgarre. La sola idea de que nos ocurra otra vez me hace querer llorar, me hace querer correr y irnos lejos, donde nadie nos conozca y donde nadie pueda lastimarnos. No sé qué vamos a hacer ahora, no sé qué va a pasar ni qué excusa podemos poner. Si esas imágenes decían tanto, si esas miradas decían tanto, solo con mirar a nuestros ojos podrán ver todo el amor en ellos.

Me gustaría poder retroceder el tiempo y no haberme levantado de la cama esta mañana, haberme quedado ahí y haber despertado a su lado, que me hubiera abrazado en la cama. Pero no fue así. A veces cuestiono por qué el destino nos odia, por qué nos quiere ver separados, por qué no nos quiere dejar ser felices, no quiere permitir que deje de doler. Sé que algún día pasaría, pero no sabía que ese día sería hoy. 

-¿Qué vamos a hacer, Jungkook? No quiero que vuelvan a alejarme de ti, no quiero que pase otra vez.- Podía sentir el rápido palpitar de mi corazón y cómo mi cuerpo entero temblaba.

-No te pongas así, me duele.- Dejo el teléfono a un lado y tomo una de mis manos para ponerla en su pecho, justo sobre su corazón, que latía rápido.-  Solo tienes que saber cuánto te amo. Te he amado en la vida pasada, te amaré en esta y lo seguiré haciendo en la próxima. No importa cuántas veces nos quieran separar, no importa cuántas veces lo logren, porque me encargaré de volver a encontrarte. Porque tú eres mi luz, Jimin, y si tú no estás, no puedo brillar. Sin ti, mi corazón no late. Y si no lo logramos en esta, lucharé contra todo hasta que podamos encontrar nuestro mundo, Jimin, hasta que podamos encontrar la vida a la que pertenecemos, esa en la que podremos ser, por fin, felices. Porque tú fuiste el amor de mi vida en la vida equivocada. -Subí con dificultad mi mano libre, que temblaba, hasta su rostro y lo acaricié lentamente, mientras sentía mi corazón latir y las lágrimas caer.

- Jungkook, no... por favor.- Me aferré a él cuando sentí esas incontrolables ganas de romper en llanto; esas palabras fueron las que me rompieron: 'Fuiste el amor de mi vida en la vida equivocada'.- No quiero volver a tener que esperar para amarte... no quiero estar solo otra vez.

-Ya, mi pequeño angelito, todo va a salir bien... No importa lo que pase, siempre te encontraré... siempre. -Ya no quería, no quería seguir escuchando, no quería seguir pensando en perderlo otra vez. Sentía que en cualquier momento podía evaporarse y yo caería de nuevo en la oscuridad.

Podía sentir su pecho subir y bajar; estaba llorando en silencio porque no quería que supiera lo asustado que estaba, ya que quería que me apoyara en él. Pero sé que le duele tanto como a mí y que no puede dejar de recordar.

-Tengo miedo, Kookie. Estoy muy asustado.- Estaba aferrado a su cuerpo con fuerza, como si temiera que en cualquier momento pudiera irse. Estaba pegado a su pecho, intentando aferrarme a su olor, a su calor, a él.

-Yo también, pequeño... Pero no vamos a caer, ¿está bien? Vamos a resolverlo. Aferro su mano más contra mi nuca, pero yo me separé. Con los ojos empapados en lágrimas, lo miré y busqué sus labios para unir los míos a los suyos. Lo besé lento, como si quisiera recordar cada parte de sus labios. Nuestras lágrimas se mezclaban en el beso porque ninguno de los dos podía dejar de llorar. Ese beso hacía que mi corazón doliera, porque quería recordar el sabor y la textura de esos labios, ya que ese miedo de que pudiera ser la última vez que los besara estaba ahí, plantado en mi corazón. Fue un beso con todo el dolor y el amor profundo que sentíamos. Cuando nos separamos, no pude evitar sollozar; no quería separarme nunca. Él no me soltó ni un momento, solo se apegó más a mí.

-Haré lo que sea... daré lo que sea para que no nos separen, todo para que nuestros corazones ya no duelan -Dije eso sin dejarlo de mirar ni un segundo, tomé su nuca y me puse de puntillas para poder depositar un beso en su frente-. Lo prometo.