—¡Pero qué demonios! —Yoongi cayó de espalda al piso, un golpe seco que le sacó un quejido. El gatito tan tierno que acariciaba hace un segundo se había convertido en un bebé con tiernas mejillas. Al mirarlo mejor sintió una punzada en el pecho, le dolía el corazón de una forma indescriptible, como si le recordara a alguien pero su mente no lograba encontrar a quién.
El bebé le miró con ternura, haciendo un puchero y terminando por llorar segundos después.
—No, no, no, tranquilo, papá blanquito está aquí. —dijo tomándolo en brazos y meciendolo suavemente de un lado a otro.
Paró en seco después de pensar en lo que había dicho, fue un impulso. ¿Papá blanquito? Esas palabras le sonaban familiares, en el corazón y en su alma. Su cara estaba goteando y eso sólo lo hacía sentir más miserable. Cerró sus ojos intentando entender todas las sensaciones que habitaban en su cuerpo, y entonces, sintió como si sus propias lágrimas acariciaran su rostro y todo hizo clic en su cabeza. Abrió de golpe sus ojos.
—¡Jimin! —las lágrimas fueron en aumento.— ¡¡Jimin!! —gritó, asustando al bebé que yacía en sus brazos.
Alguien apareció frente al pálido en un parpadeo, éste contuvo su llanto y miró extrañado al opuesto.
—¿Hoseok? ¿Qué haces aquí?
—Creo que llego tarde, ¡que habilidad! Pudiste recordar sin mi ayuda. Como sea, Jin está en el bosque esperándolos. Creo que tengo la fórmula para traerlos de vuelta, pero me faltan otras dos personas, como comprenderás. Iré a buscarlas, espera aquí.
—También quiero ir.
—No lo creo, es mejor que esperes, tienes un hijo que cuidar. Pasaré después por tí.
—De acuerdo...
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
—Gracias por el helado.— Jungkook le mostró una sonrisa suave a Taemin.
—No hay problema.— Respondió éste, despidiéndose con una de sus manos.—Nos vemos otro día.
—Adi... —Antes de concluir su frase una figura delgada apareció entre los dos.
—Es muy pronto para despedirse aún. Es mejor que me acompañen, tengo información sobre Taehyung y Minho. —les mostró una sonrisa al ver ambos rostros conmocionados. Tal vez no podían recordarlos como tal, pero sintieron algo indescriptible al escuchar esos nombres. Ambos se miraron y asintieron decididos.— Vayan al bosque, los veo en un rato, tengo que pasar por alguien.
Ambos chicos se encaminaron al bosque, sus corazones latian de manera anormal. Después de tantos meses de tristeza, Jungkook sintió que algo increíblemente bueno estaba por ocurrir. Sin pensarlo dos veces salió corriendo al bosque, causando una mirada de extrañeza en su acompañante, quien no comprendía su apuro pero aún así le siguió el ritmo. Cuando ambos llegaron, Hoseok ya estaba ahí junto con otros dos tipos, uno de ellos cargaba a un adorable bebé.
—¿Cómo...? —Jungkook señaló a Hoseok confundido, no alcanzaba a comprender cómo llegó antes, siendo que ellos habían partidos primero.
—Oh, es verdad, qué descuido. Aún no saben quién soy porque olvidé regresarles los recuerdos. —rió un poco de sí mismo, posteriormente tocó las frentes de ambos chicos y sus recuerdos volvieron.— Ahora sí, los cité aquí porque descubrí algo muy importante. Con mi magia puedo regresar a los chicos a un cuerpo, y esta vez sin llave.
—¡¿Pero cómo?! —preguntó Yoongi, exaltado.
—Escuchen, en sus cuerpos tienen con ustedes los 4 elementos. Respiran aire, todos los líquidos son agua, su materia es la tierra y el fuego es esa chispa de vida e inspiración que los vuelve apasionados. Ellos ya viven dentro de ustedes, es hora de traerlos al mundo físico. —el joven mago explicó su plan y el resto estuvo completamente de acuerdo.
Hicieron toda una planeación detallada y con el pasar de los días todo estuvo listo. Por fin había llegado la hora, y la ansia recorría sus cuerpos.
