-Nos vemos el día de mañana, chicos. Descansen.- Namjoon esbozó una sonrisa y agitó suavemente su mano como señal de despedida.
Todos abandonaron el punto de reunión para dirigirse a sus respectivos hogares.
Tan pronto y ya había anochecido. La noche parecía más mágica de que costumbre, las estrellas parecían chispas de hechizos y el silencio te envolvía en un ambiente etéreo. Nadie tenía previsto lo que acontecería poco después.
-Jungkook.- Taehyung abrazó al mencionado por la espalda, ahogándose en su dulce aroma cuando clavó tiernamente su nariz en aquellas hebras castañas.- ¿Podemos...?- preguntó por medio de un susurro.
-Tae...- Su rostro se tiñó de carmín, pues nunca espero que al llegar a casa, al primer segundo, el viento intentaría cumplir aquella promesa. -¿Qué es todo esto?- se volteó para mirarlo con ojos cristalizados.- Un chico cualquiera... de pronto mi vida se convirtió en... ni siquiera sé en qué.- suspira pesadamente a la par que cierra sus ojos.- Y vienes tú, y me dices que me amas cuando ni siquiera yo mismo me amo. Cuando la persona que me dio la vida nunca me enseñó a amarme ni me dio amor... ¿Por qué? -Al abrir los ojos se encuentró con la mirada penetrante de Taehyung, que parecía leer lo más profundo de su ser.
-No tiene que haber un por qué si hay un para qué. -tomó las mejillas adversas.- Sí te digo que te amo, entonces debería ser suficiente.
-Pensé que tú...- cubrió su rostro, comenzando a llorar.- Pensé que me odiabas. -mordió su labio inferior, intentando callar su llanto.
-No...- rascó su nuca.- La vida no ha sido fácil para ninguno de nosotros, perdón si fui un idiota antes.- le abrazó en un intento de consuelo.
-Tú eres el viento, esto no...- le miró directamente, y fue interrumpido por un beso.
-Shh, no digas nada. En éste momento soy Taehyung, la persona que te ama.- Tomó el mentón del chico para poder plantarse otro beso.
-T..tae..- el castaño no pudo oponerse, su cuerpo no ponía el mínimo porcentaje de resistencia.
-Kookie- susurró cerca de sus labios mientras le veía con ternura, apreciando el bello sonrojo que ésto ocasionó. -Vayamos arriba.- Alzó los muslos ajenos y el castaño entendió, enrollando sus piernas en la cintura del otro.
-Hmm~- emitió al sentir besos atacando cuello.- T..tae.- se estremeció.
Al llegar a la habitación, entre múltiples besos, el viento cerró con un empujón la puerta para luego depositar en la cama al castaño.
-Kookie, mi kookie.- susurraba mientras pasaba su nariz por el cuello de Jungkook.
-Esta faceta tuya me gusta.- comentó, obteniendo una leve risa por parte de Tae.
-Y a mí me gustas tú. -besó su nariz con ternura para después colar una de sus manos por debajo de su ropa interior.
-Ah...Ta..tae.- jadeo bajito, posteriormente soltando un gemido cuando comenzó a sobar su intimidad.
-Agh, luces hermoso.- mordió su labio inferior mientras apreciaba aquella obra de arte.
-No!- se avergonzó al sentir como sacaba su mano con la intención de quitar su playera.
-¿Por qué no?- su mirada era tan penetrante, que por un momento el castaño creyó morir.
-P..porque...- su voz tembló, Taehyung besaba la línea de su mandíbula.- Ah~- soltó sorprendido al sentir como el contrario llevaba nuevamente su mano a su intimidad para sacarla del bóxer y seguir acariciandola.
-Hmm, me gustan los sonidos que haces, mi amor.- Jungkook acababa de morir y volver a nacer para seguir disfrutando de aquello.
-T..Tae..- un escalofrío recorrió su columna al sentir como depositaba un beso en la punta de su miembro.- Hmg~- y ahora pasaba su lengua por el mismo lugar.- N..no, no sig..gas.- cerró sus ojos con fuerza, con un sonrojo que se había extendido hasta sus orejas.
-Lo siento bebé, pero hoy mismo nos volvemos uno.- le sonrió ladino, provocando mariposas en el vientre ajeno, y de repente Jungkook tenía la necesidad de que lo hiciera suyo de una buena vez.
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Próximo capítulo en 84 años JAJAJAJA
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