FRIENDS (Haikyuu x OC)

capítulo 6: Sí que lo harás.

- El viejo no me ha dejado escaquearme de la limpieza de hoy para ir, así que llegaré más tarde, de todas maneras, Chuchi ya sé que me lo has explicado tres veces pero sigo sin enterarme en donde vives.- empecé a llamarle así cuando una vez me trabé y en vez de decir Yamaguchi, le dije Yamachuchi.

- Yo tengo que ayudar a mi hermana con algo, también voy a llegar tarde, si quieres quedamos en el cruce y vamos juntos.- Tanaka me sacó del dilema.

- ¡Sí! Gracias, bro.- chocamos puntos.- ¿Seguro que no queréis nada? ¿Ninguna sustancia extraña?

- Pareces que vendes droga.- Tsukishima se sentó con nosotros.

- No, hombre, no, droga no, pero si es por dinero, le puedo robar unas cuantas cervezas a Ukai.- Tanaka y Noya se rieron.

- Ni se te ocurra llevar alcohol, lo que menos quiero ver en esta vida es a Asahi borracho.- las tres súper nenas también llegaron y se sentaron a comer con nosotros.

- ¡Hey! Seguro que soy un borracho bastante educado.- replicó el ofendido.

- Seguro que se suelta el pelo y se pone a bailar canciones de Beyoncé moviendo la cabeza. Toda una diva.- dije y todos se empezaron a descojonar.

- ¡No! ¡Me lo estoy imaginando! ¡Ayudadme! ¡Sacadme a Asahicé de la cabeza!- Tanaka empezó a hacerse el dramático y nuestra risa se intensificaba mientras Asahi nos miraba cual asesino.

- Es broma, no llevaré nada, pero para mí no aseguro, aunque necesitaría una botella de tequila entera para estar ebria. No os voy a dar el placer de verme así, al menos todavía.- volvieron a reír por lo último que dije.

- ¡Vale! Pues esta noche, ¡fiesta Karasuno!

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En el entrenamiento Ukai no parecía prestarme mucha atención, parecía enfadado. Me acerqué a él sigilosa.

- Jefe, ¿te pasa algo?- le di unas palmaditas en la espalda y él me miró muy serio que hasta me dio miedo.

- Tengo que hablar contigo.

- Ajá… No me asustes, todavía no estamos ni saliendo.- bromeé pero ni rio, ni se puso a insultarme. Le pasaba algo grave seguro.

Más tarde, limpiaba la tienda mientras él fumaba apoyado en el mostrador, mirándome.

- ¿Me vas a hablar ya o qué, viejo?

En ese momento apagó el cigarro en la mesa de cristal y lo tiró al suelo.

- ¡Hey, que acabo de limpiar ahí!

Se acercó rápido a mí hasta sin dejarme sin espacio personal.

- Bueno, tranquilo fiera, sé que te gusto, pero controla esa potencia.- le sonreí, pero él me miraba entre enfadado y preocupado.

- Verás.- se alejó un poco de mí.- Esta mañana fui a visitar a una amiga de mi abuela, es la única que cría plantas medicinales tradicionales por la zona y mi abuela es muy fan de hacerse tés con esas hierbas, pero ya no quedaban en casa, así que fui a comprarle más. Esa anciana tiene una posada dos calles más para allá, le enseña el negocio a su nieto, para que algún día se quede con él. Es una mujer muy simpática y charlatana, me dijo que ahora mismo sólo tenía dos inquilinos, el mismo hombre que siempre que su mujer lo echa de su casa, no tiene donde ir y una chica joven. No le di mucha importancia porque para ella, una chica joven podría ser hasta alguien de 40 años. Hasta que entré al patio, donde tiene las plantas y estaba colgada la colada y mira tú por donde, había una chaqueta y unos pantalones del equipo de voleibol Karasuno. Entonces recordé que un día antes, una chica de 18 años me dijo que esa misma noche iba a poner a lavar su nueva equipación de manager para quitarle el olor rancio a tienda. ¿Me quieres explicar por qué vives en una posada o te tengo que obligar?