Capítulo 13: "Idan".

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Caminamos unos pocos pasos. Yo no quería irme de allí ¡Lucas estaba inconsciente en un callejón! ¿Y si unos ladrones lo atacaban? ¿Y si alguien lo lastimaba?

—¡Soltala ya mismo! —aulló una voz femenina.

La reconocí de inmediato. Estaba tan hermosa como siempre, con su cabello reluciente y oscuro como la noche. Llevaba un conjunto deportivo negro, y una navaja en cada mano. Tragué saliva, y no pude evitar recordar el sueño en el que había asesinado a Lucas.

Idan la contempló despectivamente, e intercambió unas miradas suspicaces con sus compañeros encapuchados.

—Tenemos que resolver esto, vos y yo —dijo Cassandra.

Él esbozó una amplia sonrisa, y me empujó con todas sus fuerzas contra la pared de un tapial.

Mi columna chocó contra los fríos ladrillos. Pude sentir un crujido... y luego, el dolor. No podía moverme. Me senté en el suelo, con la espalda apoyada contra el muro. Me sentía descompuesta por el susto y el malestar físico. Deseaba regresar hacia donde estaba Lucas.

Cassandra giraba alrededor de aquel hombre, como si fuera una depredadora. Por algo mi papá me había dicho que no confiara en ella... ¿Cómo una chica tan dulce y sexy podía verse como una fiera en ese momento?

Mi vecina alzó aún más las navajas.

—El jefe está en camino —comentó el sujeto—. ¿Acaso olvidaste quiénes somos?

—No —desvió la mirada hacia la navaja que sostenía en su mano derecha—. Pero tampoco me olvido de que necesitan a los hechiceros para invadirnos —¿Para invadir a quién? No comprendía de qué estaba hablando—. Eso es muy patético.

—Por lo menos no bebemos sangre humana.

En ese instante, a pesar del dolor que sentía, pude encajar las piezas del rompecabezas. Liese debía de haber sido una poderosa bruja, y Cassandra, su hija. Por ese motivo tenía una gran enemistad con los hechiceros y los procesadores.

Sin embargo ¿Qué tenía que ver yo en todo aquello? ¿Acaso pensaban que Haider me amaba y querían extorsionarla conmigo?

—Cobarde —escupió mi vecina.

El encapuchado no perdió tiempo, y pronto se abalanzó sobre Haider. Ésta lo esquivó grácilmente, como si para ella fuera pan comido. Sus colegas observaban atentamente la situación.

De repente, comprendí algo más: si Cassandra era hija de una bruja ¿Acaso no poseía magia en sus venas? ¿Podría haber sido ella quien asesinó al tipo del parque?

Me dolía la espalda y mi corazón latía con violencia. Estaba asustada por mí, por Lucas y no quería que aquellos sujetos lastimaran a Haider. Aunque, a su vez, le temía a ella.

—No pierdas tu tiempo, Idan.

—Mi trabajo es entretenerte, demonio. El jefe se encargará del resto.

La habían llamado "demonio", como en mi sueño. Definitivamente, alguien estaba enviándome señales a través de mis pesadillas.

Me pregunté si la sombra y la ilustración también serían pistas.

Él arrancó un poste de luz que había ahí cerca ¡como si tuviera superfuerza! e intentó golpear a la muchacha alemana con el mismo. Ella no perdió tiempo: apoyó rápidamente sus pies sobre el hierro, tomando impulso para saltar sobre Idan. Se aferró a su espalda como una garrapata.

El sujeto intentó con desesperación quitarse a la joven de encima, pero ya era demasiado tarde: Haider ya le había clavado una navaja en la yugular.

Medealis [COMPLETA].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora