Capítulo 29: "Enfrentamientos".

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Pasé unos días súper aburridos en casa. Mi mamá no me dirigió la palabra en todo el fin de semana. Papá intentaba calmar las aguas, pero sólo lograba que Carmen lo ignorara a él también.

Francis y Haider estuvieron visitándome furtivamente. Entrené y ellos fueron mi compañía hasta que llegó el día que me tocaba volver al colegio.

Mi primer lunes luego de la suspensión. Hoy me tocaría enfrentar a mis compañeros y a sus burlas. Estaba obligada a ver al mal nacido de Enzo. A su vez, debía contarle a Lucas que Cassandra y yo habíamos decidido ser pareja —a pesar de las negativas de mi madre.

Papá me dejó en la puerta de la escuela. Antes de que me bajara del auto, susurró:

—No escuches a quienes quieran herirte, hija. Vos tenés que ser feliz más allá de lo que digan los demás.

A pesar de que él desconfiaba de Haider, no desaprobaba nuestra relación.

—Gracias. Estaré bien —le prometí, y arrastré los pies hacia el interior del instituto.

Por supuesto, ni bien ingresé todas las miradas se posaron en mí. Podía escuchar cómo susurraban a mis espaldas:

—"Ella es la tortillera".

—"La suspendieron por besarse con la alemana en el patio".

—"Es un asco".

—"Es una desubicada. Ya conoce las reglas del colegio".

—"Ojalá no hubiera vuelto a la escuela".

—"Debería ir a misa para quitarse lo lesbiana".

Alcé la cabeza e ignoré todas aquellas palabras de odio ¿Por qué les molestaba que yo hubiera besado a una mujer? Jamás había molestado a nadie, mi vida privada era asunto mío y en todo caso de Haider ¿Por qué la gente señalaba con el dedo a aquellos que pensábamos diferente o que nos comportábamos de otro modo al que imponía la sociedad?

Cuando Agostina, Macarena y Camila me vieron, vinieron inmediatamente a saludarme y a preguntarme cómo estaba.

—Estoy bien chicas... aunque mi mamá todavía no acepta lo sucedido.

—Debe ser difícil para Carmen —Macarena se encogió de hombros.

—Más difícil es para Carla —intervino Agostina con indignación—. ¡Toda la escuela se burló de ella y su propia madre la trató mal!

—Tenés razón —Camila asintió con la cabeza, y luego se dirigió hacia mí—: ¿Vas a seguir saliendo con Cassandra?

Mis tres amigas se quedaron en silencio, esperando una respuesta.

Luego del apoyo incondicional que ellas me habían brindado, lo mínimo que podía hacer era decirles la verdad.

—Sí. Hemos decidido ser pareja.

—¡Qué buena noticia! ¡Nos alegra que hayas decidido ser feliz!

En ese momento, mi mejor amigo ingresó al aula. Tenía enormes ojeras y el cabello inusualmente despeinado. Detrás de él, apareció Haider.

—¡Lucas! —lo saludé con la mano—. ¿Podemos hablar en el recreo?


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Medealis [COMPLETA].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora