Capítulo 24: "El conocimiento es poder".

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Agosto de 2012.

Warlock.


Amadeo siempre estuvo enamorado de ella. Cassandra era la mujer más hermosa del universo: a pesar de todo lo que había sufrido, luchaba por aquello que le parecía justo. Aunque sabía que su relación con Carla no duraría mucho, se sentía celoso cada vez que las veía juntas. Parecían... enamoradas de verdad.

Le irritaba que su compañera constantemente se arriesgara a ser descubierta solo para poder contactarse con su novia.

Una vez que ella colgó el teléfono, le preguntó:

—Nadie nos ha visto ¿No?

—No.

—Entonces, hagámoslo.

Amadeo asintió, y levantó el brazo, apuntando su mano hacia ella. Dijo unas palabras en latín, y vio cómo la hermosa figura femenina de Cassandra se encogía lentamente, hasta convertirse en una linda gatita negra.

—Tendré que hacer desaparecer nuestra ropa. Lo siento —chasqueó los dedos, y las prendas de Haider se volvieron invisibles.

Amadeo repitió la acción para sí mismo, convirtiéndose en un felino pequeño de color dorado. También hechizó sus prendas para que nadie las viese.

Siguió a su compañera a lo largo de la aldea de palacios de Warlock, siendo lo más sigilosos posible para que ninguna criatura mágica los descubriera. Debían llegar a la guarida de los procesadores, y espiarlos, antes de que fuera demasiado tarde.

El conocimiento es poder.

Se escondieron de la vista de los vampiros y los lobos —no sería agradable cruzárselos, ya que tendrían que volver a su forma humana y revelar su identidad—, y pronto llegaron al escondite de los procesadores

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Se escondieron de la vista de los vampiros y los lobos —no sería agradable cruzárselos, ya que tendrían que volver a su forma humana y revelar su identidad—, y pronto llegaron al escondite de los procesadores.

Treparon de los árboles con sus uñas. El cuerpo felino de Amadeo se sentía ligero y atlético, pensó que debía convertirse en gato más a menudo.

Una vez en la copa del árbol, brincaron hacia el techo de la vivienda de los psíquicos. Se treparon de la chimenea, y empezaron a escuchar la conversación con sus oídos súper sensibles.

—Tenemos que matar a la humana, Ángel —dijo una voz femenina. Luna. Si estaba allí, era porque sus ojos ya debían dehaberse curado—. Sólo de esa forma los hechiceros podremos tomar Medealis.

—Algunos de los míos intentaron actuar por su cuenta, y les fue bastante mal —comentó con calma el líder de los procesadores—. Ustedes no deberían seguirles los pasos.

—¿Y qué debemos hacer, entonces? —Máximo aulló—. ¿Continuar permitiendo que los brujos nos dominen solamente para evitar la muerte de una simple humana?

Medealis [COMPLETA].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora