Capítulo 21: "Los hermanos Cuadrado".

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Atención: este capítulo contiene escenas pa' reforza' la amista' xD

* * *

Estaba en el colegio, en la clase de Historia. Sabía que debía prestar atención para no reprobar el año, pero no podía concentrarme. No había dormido en toda la noche, y no era capaz de dejar de pensar en lo que había sucedido hacía ¿Doce horas?

Cuando mis padres habían llegado, les comenté que Albina estaba en la casa de Lucas. Fuimos todos juntos a buscarla, y les expliqué —mejor dicho, mentí—, sobre la situación: dije que unos vándalos habían ingresado en nuestra vivienda y se habían llevado algo de dinero y nos habían molestado. Las heridas que tenía en mi cuerpo hicieron más creíble mi historia. Además, mi hermana no me contradijo. Mi papá y mi mejor amigo me contemplaron con sospecha, y luego tuve que contarles por privado lo que había ocurrido en verdad.

—Instalaré alarmas y cámaras de seguridad en nuestra vivienda —me había dicho mi papá—, y me quedaré aquí la mayor cantidad de tiempo posible ¡No permitiré que nadie vuelva a molestar a mis niñas!

—Estoy marcada, papá —solté, con expresión sombría—, y vos también ¿Acaso nunca te chuparon la sangre?

—Tengo una marca en la nuca, de hecho, pero jamás sospeché... Nunca noté que un brujo...

Me comentó que no había tratado con dichos seres mágicos de forma directa y que, si alguien le había extraído un poco de sangre, no lo recordaba.

Me paré detrás de él y le corrí el cabello. Comparé su cicatriz con la que yo tenía en mi muñeca: eran idénticas. Como Arturo no podía vérsela a sí mismo, nunca pensó que se trataría de algo mágico.

No pude evitar pensar en cómo Arturo jamás notó que le habían extraído sangre ¿Cómo lo habían hecho?

Al final terminé contándole todo: mis teorías sobre Medealis, mi experiencia en Warlock y otros detalles —excepto, claro está, mis asuntos amorosos con Lucas y con Haider y que ella era una "guardiana".

—Por favor, necesito que no andes sola por la calle. De ahora en más, te llevaré a la escuela y te iré a buscar. Yo mismo le explicaré a Albina la situación. Si alguien quiere visitarte, tendrá que ir a verte a casa ¿De acuerdo?

La voz de mi profesora me obligó a volver al presente.

—Señorita Krstch ¿Puede leer el siguiente texto?

—Señorita Krstch ¿Puede leer el siguiente texto?

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En el recreo, evité a Cassandra. Estuve dialogando con Lucas sobre lo que había ocurrido la noche anterior. Él no podía dejar de contemplar mi mano vendada.

—Vamos a la cantina ¡Comer algo te hará bien! —quería levantarme el ánimo, pobrecillo.

Sin embargo, me sentía tan cansada y preocupada que apenas podía concentrarme en respirar.

Medealis [COMPLETA].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora