Capítulo 43: "La guerra ha comenzado".

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Kingdom of Blood.


Cuando Amadeo y Cassandra llegaron al castillo, vieron que el sitio era un completo caos. Una pandilla de cientos de hechiceros se había colado por la puerta principal y había empezado a masacrar a diferentes criaturas mágicas. Lord Crewe se hallaba luchando él mismo junto a diez hechiceros diferentes. Obviamente, tenía a sus empleados respaldándolo y tratando de eliminar a los invasores.

Nunca en sus vidas desde el golpe de estado a Medealis habían visto algo así. Amadeo alzó sus manos y comenzó a lanzar rayos mortales hacia sus enemigos, mientras que Haider invocó una catana mágica para poder luchar con destreza contra los intrusos.

Dos hechiceras bastante jóvenes (de cabello castaño y rizado) alzaron sus varitas para pelear contra ella. Le lanzaron un par de olas de fuego que Cassandra esquivó con destreza. Como contrataque, la guardiana de Carla blandió su arma tan rápido como pudo, provocándole un rasguño en el brazo a una de sus contrincantes.

'Maldición. Estoy demasiado débil. Me costará ganar la pelea de este modo'.

Justamente porque aún no tenía la cantidad de energía mágica que necesitaba para poder vencer a sus enemigas, debía luchar cuerpo a cuerpo.

Las hechiceras movieron unos adornos del castillo y los apuntaron sobre la cabeza de Haider quien, por suerte, los evitó. Debía cuidar su cuerpo como si fuera oro. Aprovechando la distracción, tomó envión para atacar las piernas de sus rivales. Ellas no esperaban recibir un corte por debajo de la cintura, por lo cual, chillaron por la sorpresa.

La más bajita de las hechiceras cayó hacia atrás, a causa una herida abierta y profunda en la rodilla, de la cual brotaba abundante sangre. Cassandra se abalanzó sobre ella, esquivando los rayos maléficos que lanzaba la otra contrincante, y no vaciló en clavarle la catana en el estómago a la enemiga que yacía en el suelo.

—¡NOOOOOOOOOOOOOOO! —aulló la sobreviviente—. ¡Hija de perra!

Los ojos de Haider brillaron con ira.

Los hechiceros habían asesinado a sus padres y a su tutor, aniquilaban inocentes en Medealis ¡Y ahora habían venido a por Carla! No permitiría que nadie le pusiera un dedo encima.

Cassandra blandió su arma velozmente, intentando acabar con la vida de su enemiga. La hechicera decidió combatir de la misma forma que ella, y se le arrojó encima. Le clavó la punta de su varita en el hombro, derritiéndole la piel y haciéndola chillar de dolor.

A pesar de la molestia física, logró invertir la situación, lanzarle un puñetazo en el estómago a su contrincante, luego una patada y más tarde, aprovechando que ésta se había desestabilizado, le cortó la yugular.

La sangre tibia de la hechicera le salpicó su rostro. Le dio asco, pero no se inmutó.

La adrenalina invadía el cuerpo de Haider. Sentía un odio tan profundo hacia los hechiceros, que deseaba matarlos a todos en aquel preciso instante.

De repente, alguien le tocó el hombro.

Cassandra giró, dispuesta a clavarle su catana a quienquiera que fuese, pero al ver a aquella mujer morena y fornida, su corazón sintió un profundo alivio.

—Carla no está en el Kingdom —le informó Abigail Weis, en un susurro apenas audible—. Francis la llevó a... —y movió los labios diciendo: "Medealis".

—Gracias —musitó.

A pesar del ardor que sentía en su hombro, la muchacha se echó a correr, evitando la batalla sangrienta que estaba llevándose a cabo en la sala del castillo —y viéndose obligada a saltar un par de cadáveres.

Medealis [COMPLETA].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora