Capítulo 27: "En problemas".

1.6K 189 173
                                    

Papá nos había llevado a Lucas y a mí a la escuela. Cuando nos bajamos del auto, mi mejor amigo me preguntó:

—¿Estás bien? Te noto algo inquieta.

—Anoche no dormí casi nada. Me quedé hablando con Albina porque tuvo pesadillas...

—¡Pobrecita! —exclamó, y mientras ingresábamos al colegio, susurró—: ¿Sólo por tu hermana estás inquieta o por lo que nos ha contado Dianora?

—Por todo, querido —me encogí de hombros.

Entramos al aula y saludamos a nuestras amigas. Lucas se fue a dialogar con algunos chicos, y yo me quedé con Agostina y las demás.

No podía dejar de mirar el pupitre vacío de Haider. Necesitaba verla.

—Estás distraída —observó Camila—. ¿Estás bien?

—Sí, solo tengo sueño —bostecé—. Me hubiera encantado quedarme en la cama calentita.

—¡A mí también! —intervino Agostina—. Hace mucho frío a esta hora de la mañana.

Dialogamos un rato hasta que llegó la profesora de Geografía. Tomó asistencia y justo en el momento en que mencionaba a mi vecina, ella ingresó al aula.

Llevaba la falda muy corta a pesar del frío que hacía, un sweater grueso, medias de lana y el cabello recogido. Era la primera vez que la veía con ojeras ¿Se encontraría bien? ¿Qué había estado haciendo?

—Lamento la tardanza, profesora.

La docente asintió.

Haider me contempló unos instantes y me guiñó un ojo. Pude notar que Lucas se tensaba sobre su pupitre.

—Hablaremos en el recreo —murmuró mi guardiana.


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Ni bien sonó la campana, Cassandra me hizo una seña para que la siguiera. Lucas me tomó de la muñeca.

—Después de todo lo que ha sucedido ¿Todavía querés relacionarte con ella?

—Necesito conversar con Haider —me liberé de su agarre—. Lo siento, Lucas.

Últimamente las actitudes controladoras de mi mejor amigo me irritaban. Tiempo atrás, cuando él me hacía una escena de celos, me agradaba ¿Por qué ahora me molestaba? ¿Sería que había madurado? ¿O que estaba más malhumorada a causa de los asuntos mágicos? Ya ni siquiera sabía cómo me sentía respecto a mi vínculo con Lucas.

Haider me hizo seguirla hasta el patio donde se hallaban las bicicletas —allí nos habíamos besado dos veces.

Nos sentamos en suelo donde el sol podía calentarnos.

—¿Cómo has estado? ¿Qué tal el entrenamiento? Francis me contó que esos dos días ha hechizado tu habitación para que tus papás no oyesen que hacías magia.

Medealis [COMPLETA].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora