Carl Grimes ▪ Enemigos (P2)

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Advertencia: Smut
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Narrador omnisciente:

Myllie se encontraba dándose un baño en su habitación del Santuario, relajada y pensando en lo sucedido en Alexandria. En especial pensaba en como lidiaría con la situación y si debía decirle a su padre o no.

Luego del momento con Carl, para no levantar demasiadas sospechas, ambos decidieron volver a vestirse y salir por separado. Myllie volvió cerca de la entrada de Alexandria para buscar a su padre. Distinguió su figura al lado de un hombre castaño de ojos claros, que parecía consternado por la situación. Lo reconoció, por su entrada a la comunidad, como Rick.

La azabache se acercó al par de hombres y, al ver que su padre estaba atormentando al pobre hombre, lo abrazó por la espalda para calmar sus ánimos.

Negan: - ¿Qué haces, hija? - dijo sonriendo de lado, sin entender la repentina actitud de su primogénita.

Myllie: - Nada, papá. ¿Podrías solo dejar de disgustar a este pobre hombre? Míralo- Dijo Myllie mirando a su padre con un puchero y luego al hombre a su lado. Su padre suspiró, mirando al cielo.

Negan: -Bebé, sabes que no me gusta que te metas en mis asuntos...- Dijo Negan, algo cansado. Su hija, sin embargo, lo miró con ojos de perrito. - ¡Ay ya, Myllie! Ya está, lo dejo. ¿Me puedes soltar?

Myllie sonrió feliz y le dio un sonoro beso en la mejilla a su padre. Rick miró a la adolescente entre extrañado y aliviado. El mayor de los Grimes se había sorprendido al ver a la chica junto a Negan al llegar, pero jamás hubiera apostado que sería su hija. Mucho menos que su hija tendría una actitud tan contrastante con su padre.

Negan: - Hija, ¿Por qué no vas a revisar la casa de nuestro querido amigo Rick? Toma lo que quieras. - dijo el hombre de espaldas, revisando cosas del camión.

Myllie: - Iré, pero dudo que tome algo. - dijo levantando sus hombros y mirando amablemente a Rick. - Con permiso. - finalizo abriendo la puerta de la casa.

Myllie caminó unos pasos por la entrada de la casa, encontrando a algunos salvadores dentro de la casa. Estaban tomando cosas que eran irrelevantes para el santuario y que, probablemente, terminarían usando de leña.

Myllie: - Dejen todo lo que no necesiten en donde estaban. - Dijo con autoridad.

Los salvadores, de inmediato, dejaron lo que estaban haciendo y salieron de la casa. La chica siguió su recorrido por la casa, admirando el estilo de vida que llevaban en esa comunidad. Por cada tramo que recorría de la casa más sorprendida quedaba. Se sorprendió al encontrar agua caliente y electricidad sustentable.

Anduvo por la cocina, viendo lo poco que quedaba en los armarios. Rápidamente tomó todo lo que quedaba y lo escondió lo mejor que pudo. Un carraspeo la sorprendió, dándose la vuelta asustada.

Rick: - ¿Qué estás haciendo?

Myllie: - Escondía el poco alimento que hay aquí. Si vuelven los salvadores que eche, seguro se lo llevaran. Tenemos suficiente alimento en el santuario, no es necesario. - Explicó la pelinegra, dándose nuevamente la vuelta para terminar de esconder las cosas y cerrar los armarios.

Rick: - ¿Por qué lo haces? - Preguntó confuso. - Vi como salieron esos salvadores.

Myllie: - Ya se lo dije. No es necesario. Mi padre se sobrepasa a veces, pero es razonable. Sus hombres no; la mayoría son unos idiotas. Toman lo que quieren porque pueden.

The Walking Dead🔸OneShots-ImaginasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora