Capítulo 14 - La llamada del destino

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"La ira y el enojo son las cadenas que nos atan cada día. Somos prisioneros del egoísmo, los dioses griegos son la vil prueba de ello."

 Encadenado a una grúa suele ser incomodo pero más incómodo es estar encadenado a dos grúas y encima de una candela. Mis pies estando al aire se derriten por el calor de la llama, estoy sudando por completo, abro mis ojos e intento soltarme pero es inútil estoy jodido por las posibles oportunidades. Mis brazos están cansados no sé cuántas horas estuve inconsciente si acaso fueron horas...

Estando ocupado preocupándome por mí no me di cuenta que los capos del escorpión están jugando Dominó ¿En serio? Ojalá fuera yo el que esté jugando mientras ellos estuvieran colgados aquí arriba, la verdad es un maldito dolor en el corazón estando golpeado, malherido y casi hirviéndome con el vapor de la candela.

Escucho pasos acercándose, me muevo y hago escándalo para ver si un alma generosa puede rescatarme afuera, o intentando quitarme las cadenas pero no puedo.

­­<<No, ni lo intentes. Solo buscas tu propia muerte muchacho>> Habla Tino junto con tres de sus capos.

<<Todo sea para que me busquen y me lleven de aquí, al igual que a ti. Como te dije, yo soy un criminal.>>

<<Ah! Eso, se me había olvidado>> Se acaricia la barbilla con su mano quemada, es lo único que no tiene quemado, en cambio el ojo.

<<¿Conoces el refrán: A cada cochino le llega su sábado?>>

<<¿Qué me quieres decir con eso?>>

Sonríe malévola-mente

<<Eres muy joven aún, pero te lo explico. Un muchacho le roba las evidencias a un agente de policía, al pasar los días, pensaba que ningún agente lo iba a buscar. Apareció en las noticias, hasta en los periódicos destapando la verdad de todo>>

Se acerca, da varios pasos mientras me explica lo que en realidad estoy suponiendo. Entonces ¿Fue él?

<<Asi que, ordené a varios policías que te busquen y tengas que venir a Guatire, la casa de tu supuesto padre. Pero... ¿sabes lo que es gracioso?>>

<<Entonces, tú mismo fuiste el que me plantaste una trampa estando desaparecido un año, solo para llegar al punto clave.>>

<<Que buen observador eres>>

Los ojos de ira se me tornan rojo, me muevo de un lado a otro lo posible para quitarme las esposas, siento que mis brazos se van a despegar, maldigo pero ¿todo para qué? Solo las burlas y las risas por parte de Tino y sus capos hacen que pareciera un payaso.

<<Ay Anónimo, tan caprichoso e ingenuo. Mejor haré algo por ti.>> Saca de su bolsillo un teléfono, y no alcanzo a ver pero creo que es el mío.

<<¿Y si estás pensando que es el tuyo? Si lo es>> comienza a teclear un número, ¿o estará revisando algo? En serio odio cuando estoy en la cima del mundo y no pueda ver un coño.

Veo que se acerca el teléfono a su oído, ¿a quién estará llamando?

Casa de Esteban

Llega teniendo un cigarrillo en los labios, se quita la chaqueta y lo guinda en el perchero cerca de la puerta. Consigue a los perros mal-heridos, electrocutados y con marcas de electroshock, los chillidos de los pobres animales hacen que su lágrima salga sin avisar.

Su teléfono repica un par de veces, saca el teléfono de su bolsillo después del cuarto repique. Observa la llamada y es su hijo...

<<Eros, ¿dónde coño estas? Los perros están.

<<No te preocupes Esteban, tu hijo está conmigo>>

Una voz gruesa pero escandalosa se escuchó en la otra línea, reaccionó con odio en su corazón al escuchar que no es su hijo.

<<¿Quién eres? Y ¿Por qué tienes el teléfono de Eros?>>

Responde con vil autoridad, el tono se vuelve seco pero a la vez violento.

<<Calma, calma. Solo escucha con atención a lo que te voy a decir. Ven al taller abandonado de la 24 a las 5:00pm y ahí vas a ver a tu hijo>>

Esteban se levanta y le habla con enojo, la rabia, la desesperación y las ganas de matarlo invadieron su mente.

<<Mira desgraciado te juro que mi pandilla y yo...

<<Ni se te ocurra venir acompañado, ¿si vas a venir? Vendrás solo. Por lo contrario tu hijo se muere>>

Escucha un disparo en la otra línea junto con un grito.

Sus lágrimas salen solas, suelta el cigarrillo y se tapa la boca con la mano izquierda. Luego pasa su mano al pecho apretando la camisa con una fuerza bruta que casi la desgarra de su cuerpo. Inhala un poco y responde.

<<Está bien, iré para allá>>

Respondió Esteban sabiendo que sería una trampa y cuelga inmediatamente. Se dirige al cuarto, abre la puerta y alza el colchón. La variedad de armas escondidas fueron inmensas, Glock, AK-47, Escopetas, M9B, entre otras más.

Revisa sus balas, cargadores todo está completo.

<<El que se meta con un Álvarez, notará el infierno que desató. Es mi hijo y debo protegerlo a toda costa. Ya sea morir balaceado, o apuñalado>>      

El barrio chinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora