XXV

1.5K 290 12
                                    

YoonGi visitaba a JiMin con frecuencia, quien ya había salido de nuevo. TaeHyung y JungKook, así como todos estaban aliviados de verlo otra vez fuera de ese lugar que mas que seguro parecía una prisión donde JiMin se consumía por el miedo.

Aunque JiHyun no entendía del todo, sí supo que su hermano estuvo enfermo y por eso no podía estar con él, ya que JungKook lo llevó a su habitación a dormir esos días. Le prometieron que su hermano estaría bien y se curaría pronto. Y sonrió porque le habían cumplido esa promesa.

JiMin se encontraba ayudando en la cocina de nuevo, prefería eso a volver otra vez a cantar, al menos en ese momento para el público, él único que podía escucharlo era YoonGi.
YoonGi llegaba cuando podía, en la tarde-noche, procurando pasar desapercibido, ya que HoSeok le dio el permiso al ver lo estrecha que era la relación de él con JiMin, sobre todo porque TaeHyung insistió diciendo que YoonGi miraba a JiMin con un brillo diferente.

YoonGi salía con JiMin lejos de las vistas curiosas y ojos juzgadores, solo siendo un hombre acompañando a un joven que en su vocabulario puede definirlo como arte. En ocasiones JiMin sujetaba su mano, sobre todo cuando ya había oscurecido y nadie podía verlos.

Entre sonrisa y algunos besos robados ambos estaban descubriendo una nueva forma de ver arte...

YoonGi podría jurar que veía estrellas cada vez que besaba a JiMin, y JiMin sentía tanta seguridad al momento de besar a YoonGi.
Luego de lo ocurrido con su padre, el miedo se había apoderado de él, su mente se transportó a esos días donde su padre se reía cual desquiciado cada vez que lo golpeaba, recuerda los hematomas en el cuerpo de su madre... y las suplicas pidiendo que se detuviera.
JiMin recuerda esas noches donde JiHyun dormía abrazando sus piernas en un rincón, temiendo que ese hombre apareciera y lo golpeara de nuevo. Su madre siempre estaba cansada y muchas veces se preguntó porque nunca huyeron, porque siguieron sufriendo, JiMin sabe que se quedó por su madre y hermano menor, no iba a perdonarse que JiHyun sufriera tanto, no le importaba que ese hombre lo golpeara a él, que lo maltratara a él, pero no a su hermano. No pudo defender a su madre... y el agarre de YoonGi lo saca de sus pensamientos otra vez...

- Sigue pensando mucho...- le murmura. JiMin le mira aun en la oscuridad de la noche, puede ver en esos ojos maduros e inteligentes, preocupación y comprensión.

- Sí...- responde, no es necesario ocultar algo, porque parece que YoonGi sabe mas de lo que admite o demuestra. En la espera de que JiMin se desahogue y encuentre calma en medio de esos momentos que parecen complicados.- Supongo que todo es dificil...

- Aquí estoy... aun si solo debo sentarme a su lado, me quedaré aquí, JiMin...- le dice. Ambos detienen la caminata. JiMin se sujeta a esos brazos que le rodean con delicadeza, como temiendo romperlo...

- Es que... el miedo aún no me abandona, YoonGi...- murmura ocultandose entre el cuerpo del mayor, deseando que allí todos esos malos pensamientos se desvanezcan y no vuelvan a molestarlo.

- Yo lo sostengo... puedes aferrarte a mí...- YoonGi le susurró al oído- Dije que cuidaría de ti... que el arte debe ser protegido y tú eres arte... eres mi geisha...

- ¿Soy tu geisha?- JiMin preguntó.

- En China, las geishas son mujeres que cantan y bailan... pero en mi definición de geisha, en los caracteres chinos puede definirse como arte... y usted por eso es mi geisha... eres esa pieza de arte que deseo proteger y guardar...- YoonGi le dijo mirandolo a los ojos, con su mano acariciando la mejilla de JiMin, quien cedió ante ese delicado contacto- Una pieza de un valor tan sublime, que me siento todo un pecador con el simple hecho de admirarte...

JiMin le miró impactado por la confesión.

- Eres la razón por lo que me arriesgaría a todo lo desconocido...- YoonGi mencionó y acercandose para besar al menor. Llevar un intímo y tímido contacto entre sus bocas descubriendo el sabor de los labios ajenos, disfrutando del reconocimiento de sus cuerpos, de esa forma tan pausada que a ambos les gustaba.

Nunca había probado lo que era un beso, hasta que YoonGi lo besó aquella noche en sus aposentos, con el sabor a té que ambos portaban en sus bocas, con lentitud, y aunque más de una noche el mauor terminaba sobre su cuerpo, acariciando su silueta y mirandolo con admiración... tan sublime...

JiMin sonrió, quizás por eso le gustaba YoonGi. Su forma madura de ser, el romanticismo que existía en cada una de sus acciones, la delicadeza que tenía al tocarlo, la forma tan venerable que tenía al mirarlo, y lo caballeroso que era. YoonGi en ninguna ocasión había intentado llevarlo a algo mas alla que besos... y aún en ese momento sujetaba su cintura de manera delicada...

Un pensamiento cruzó por su mente en el momento en que sus brazos rodearon el cuello del mayor... TaeHyung y JungKook le habían preguntado sí YoonGi no había tocado su piel... que era un paso importante y a JiMin realmente no le importaría que en ese mismo momento YoonGi lo tocara... confiaba en él...

No solo era curiosidad, había algo fuerte en su interior que suplicaba por un toque directo sobre su piel...

Roces delicados e inexpertos sobre su piel. Quería llevar en su piel de manera indeleble la muestra de que YoonGi lo había escogido... porque JiMin estaba seguro que él escogió a YoonGi en el momento en que lo refugió entre sus brazos...

Que frente a lo desconocido ambos querían experimentarlo, y consumirse en la expresión que entre ellos denominaban arte...


- Quiero que me toques... YoonGi...

GeishaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora