Geisha

I

- ¡MALDITA SEA! ¡¿NO SABES HACER NADA BIEN?!- gritó el hombre mayor, colérico y airado, su cara estaba roja y le gritaba al muchacho que ahora se encontraba en el piso con un golpe en su mejilla.

- Lo siento pad-...- se cortó en la última palabra por el golpe que recibió en su abdomen. Había sido golpeado mas veces esa noche, que en todo el día anterior. Claro. Su padre estaba ebrio.

El olor a alcohol inundaba la pequeña estancia, pero el chico prefería ser golpeado él a que volviera a dejar moribunda a su madre. La mujer solo podía escuchar como golpeaban a su hijo y los gritos enfurecidos del hombre, tratando de que su hijo mas pequeño no escuchara por completo el alboroto. Nadie iba a ayudarlos, ninguna persona quisiera entrar a esa casa.

Al no escuchar nada, salió despacio para ver a su hijo. Tirado en el suelo, con algunos moretes de los golpes recibidos.

- Lo siento tanto...- le susurró la mujer. Ayudando a su hijo a levantarse.

- No te preocupes, madre- le susurro. Tratando de no recargar su peso sobre la mujer que quería sostenerlo, pero a veces la dominaba el miedo. Sin embargo ese miedo la estaba acorralando cada vez mas.

El joven maltratado sabía que debían salir de ese lugar. Nadie les daría una mano para ayudarles en esa situación.

Así eran las costumbres en el reino.
Y aunque JiMin creyera que había justicia en alguna parte parecía esconderse de él.
Su madre tuvo que rebajarse a ser tan humilde y pobre, por los poemas que en un pasado, el hombre que los maltrataba, le entregó.

Su padre había sido echado de la Guardia Real, por su conducta impulsiva, y se habían destinado a vivir en una aldea sencilla y pequeña. Después de todo, sus abuelos maternos no estaban de acuerdo con ese matrimonio.
Y aunque ellos eran recibidos en la casa de los adultos mayores, su madre solo podía verlos de lejos.

Su cuerpo entero dolía, y su madre como podía trataba de curar los cortes en su piel y de bajar la inflamación de tantos golpes.

El pequeño niño solo miraba sentado. Le daba miedo dormir y que su padre le hiciera lo mismo que le hacía a su hermano mayor. Su único consuelo era su hermano mayor porque su mamá tampoco podía hacer algo. Y a veces ella terminaba peor que JiMin.

- Mamá... deja- JiMin le pidió haciendo fuerzas por el dolor que daban esas hierbas medicinales- En unos días estaré bien, ve a dormir, no quiero que te golpee como la última vez...- dijo recordando con amargura que algunas semanas atrás, su padre había golpeado a su madre porque no estaba junto a él a la hora de dormir.

- Pero...- la mujer quiso negarse.

- Anda, ve a descansar madre, yo me quedo con JiHyun- una débil sonrisa y una carga de culpa se instaló en la mujer cuando miró a su hijo menor encogerse de miedo.

La mujer se retiró dandoles las buenas noches y salió yendo hasta donde se encontraba su marido ya inconciente por el alcohol.

JiMin solo esperó a que su hermano durmiera para cerrar los ojos por un momento. Al menos ese día ya había acabado...

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Traigo un nuevo fic.
Jajajajaja
Espero le den amor, pensé publicarlo antes pero no había tenido tanto tiempo, pero aquí esta el primer capítulo...